Quién es Raymond Burke, el cardenal papable de Estados Unidos que Donald Trump quiere que sea el próximo Papa de Roma

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El cardenal Raymond Burke, de 76 años, es un clérigo altamente conservador que ha tenido distintas disputas con el Papa Francisco sobre la mayoría de los principales temas que enfrenta la Iglesia Católica. Burke, originario de Wisconsin, ha mantenido una postura firme en contra de suavizar la política de la Iglesia respecto a las personas LGBTQ, el divorcio o el papel de las mujeres en la Iglesia.

Burke también es simpatizante de Trump. En 2016, cuando el Papa Francisco criticaba los planes del presidente de construir un muro en la frontera sur con México, Burke ofreció su apoyo al republicano, diciendo que estaba “defendiendo los valores de la Iglesia”.

Y ahora, parece que Trump —en su segundo mandato como presidente— está interesado en ver a Burke instalado en el Vaticano como el nuevo Papa.

Esto cobra especial relevancia tras la noticia del fallecimiento del Papa Francisco, de 88 años, este Lunes de Pascua. Este hecho activa el procedimiento para elegir a un nuevo Papa, y es probable que Burke sea uno de los candidatos. Actualmente, las casas de apuestas lo colocan como el sexto favorito para asumir el cargo en el Vaticano.

El conflicto entre Francisco y Burke

Burke, quien fue arzobispo de St. Louis, fue llamado a Roma por el entonces Papa Benedicto XVI, también considerado un conservador estricto. El estadounidense fue nombrado prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica —el tribunal más alto de la Iglesia— y dos años después fue creado cardenal.

Cuando Francisco fue nombrado Papa en 2013, retiró a Burke de la Congregación para los Obispos, el organismo que ayuda al Papa a seleccionar nuevos obispos.

A partir de entonces, Burke comenzó a criticar a Francisco, diciendo: “Se da la impresión, o así se interpreta en los medios, de que él piensa que hablamos demasiado sobre el aborto, demasiado sobre la integridad del matrimonio entre un hombre y una mujer. Pero de eso nunca se puede hablar demasiado”.

Burke continuó expresándose, atacando la postura más relajada del Vaticano hacia la homosexualidad. El Papa Francisco destituyó a Burke del Tribunal Supremo, aunque afirmó que había sido una decisión planeada previamente y que no se trataba de un castigo hacia el estadounidense.

Los enfrentamientos entre ambos continuaron, hasta que en 2023 una reunión de jefes de departamento del Vaticano decidió retirarle su apartamento gratuito en Roma y su salario mensual de 5.000 euros, aunque se presentó como una reasignación de privilegios más que como un castigo.

En ese momento, Burke dijo que, aunque creía que estaba claro que “el Papa no quiere que ocupe ningún cargo de liderazgo,” nunca tuvo la impresión de que “él me considere su enemigo”.

Desde que perdió su apartamento, el cardenal Burke ha permanecido en Roma.

*AS