Hablar de Lee Jung-jae es mencionar a uno de los actores más influyentes de Corea del Sur y, actualmente, una estrella global por el «Juego del Clamar» de Netflix.
Nacido el 15 de diciembre de 1972 en Seúl, Lee comenzó su carrera como modelo, pero pronto su carisma y talento lo llevaron al mundo de la actuación. Su gran oportunidad llegó en 1994 con el drama coreano Feelings, consolidándose rápidamente como una figura prominente en la televisión y el cine surcoreano.
Aunque su ascenso fue constante, su fama internacional se disparó con el papel de Seong Gi-hun, el protagonista de la exitosa serie de Netflix Squid Game, que lo catapultó al nivel de ícono global en 2021.
Lee Jung-jae, ¿el empresario?
Lee Jung-jae, además de consolidarse como una de las figuras más prominentes del cine y la televisión surcoreana, ha demostrado un agudo sentido empresarial que le ha permitido diversificar su carrera y expandir su influencia más allá de la pantalla grande.
A lo largo de los años, Jung-jae ha invertido estratégicamente en diversas iniciativas comerciales que complementan su perfil público y fortalecen su presencia en diferentes sectores.
Uno de sus emprendimientos más destacados es su participación en el mundo de la moda. Reconocido por su estilo impecable, Lee Jung-jae ha colaborado con marcas de renombre, tanto como modelo como asesor creativo, aportando su visión estética y su comprensión del mercado global.
Además de la moda, Jung-jae ha incursionado en el ámbito tecnológico y de entretenimiento digital. Ha invertido en startups innovadoras que buscan revolucionar la forma en que consumimos contenido, mostrando su interés por las tendencias emergentes y su capacidad para identificar oportunidades de crecimiento en mercados en expansión. Su enfoque empresarial se caracteriza por una combinación de creatividad y pragmatismo, lo que le ha permitido gestionar exitosamente sus inversiones y colaborar en proyectos que resuenan con una audiencia global.