Posdata: El sur de Veracruz, sin agua

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LUIS_VELAZQUEZ* Probada incapacidad política de Érick Lagos para resolver conflicto en el caso de la presa Yuribia

* 24 días de indolencia

* Quizá buscan tronar a los candidatos del PRI a diputados federales, Marcelo Montiel, Guadalupe Porras y Gladys Merlín

* Si es venganza por los pecados de “El oaxaco”, se les pasó la mano

Fueron 24 días que la presa Yuribia, en Tatahuicapan, en la sierra de Soteapan, estuvo bloqueada por los vecinos para abastecer de agua a los municipios de Cosoleacaque, Minatitlán y Coatzacoalcos.

24 días en que los alcaldes abastecieron de agua a la población con pipas.

24 días de irritación social, donde el alcalde Joaquín Caballero se vio obligado a suspender, primero, el informe municipal, y luego, blindar el palacio para rendirlo.

24 días del fracaso del diálogo encabezado por el secretario General de Gobierno, Érick Lagos, aspirante a la candidatura para diputado federal por el distrito de Acayucan.

El mismito que durante su vida política ha resuelto algunos problemas aplicando la filosofía marxista/leninista aprendida en la Universidad de Harvard, campus Nopaltepec: “En política lo que se resuelve con billete… sale barato”.

El mismito que creó un grupo de porros enmascarados para descarrilar a enemigos y adversarios como ocurrió, por ejemplo, con el entonces rector de la Universidad Veracruzana, Raúl Arias Lovillo, el día de su último informe, cuando sitiaron la USBI de Xalapa.

El mismito que ha lanzado a sus porros en contra de los secretarios de Desarrollo Social y de Educación.

El mismito que tiene abierto un expediente en la Secretaría de la Defensa Nacional por su detención en Isla con drogas.

El mismito que nunca ha sabido responder sobre el destino de sus amigos de entonces, Cristian Morales y Nelson Leopoldo Cabrera, desaparecidos en Xalapa en el año 2010.

El mismito que mereció el rechazo de la esposa del gobernador de entonces, Fidel Herrera, por las razones conocidas en el interior de aquel gabinete.

El mismito encargado de cobrar el diezmo a los constructores favorecidas en el fidelato, tarea de alto riesgo de seguridad nacional que luego transfirió a Jorge Alejandro Carvallo junior, a quien desde entonces odia.

El mismito que ha ejercido el poder lleno de frivolidad barbiesca.

El mismito que con un bajo perfil se ha enriquecido, según la fama pública, a costa del poder, pues como él mismo dice, ni siquiera a la familia deben contarse los bienes que la política deja como recompensa.

El mismito que dejó solos a los alcaldes de Cosoleacaque, Minatitlán y Coatzacoalcos con el problema del agua.

Por eso resulta inexplicable tanta excesiva tolerancia del gobierno de Veracruz hacia Érick Lagos por 24 días de ingobernabilidad en el sur de la tierra jarocha por la indolencia y la desidia y la incapacidad del secretario para resolver el conflicto.

A menos, claro, a menos… que tal sea la orden superior, lo que al mismo tiempo se duda porque significaría estar jugando con los demonios del Edén.

SE LES PASÓ LA MANO…

 Quizá, acaso, si el gobierno de Veracruz dejó correr 24 días con el problema del agua en el sur se deba, digamos, a reventar a los candidatos priistas a diputados federales en los distritos de Cosoleacaque (Gladys Merlín Castro), Minatitlán (Guadalupe Porras) y Coatzacoalcos (Marcelo Montiel Montiel), pues ni modo que con tanto furor colectivo por la escasez del líquido, la población sufrague el año entrante por ellos.

Si tal fuera la estrategia, entonces, el río electoral desbordado también arrastrará la candidatura de Érick Lagos por el distrito de Acayucan donde, además, tiene en contra a un cuarteto de mujeres: Amanda Gasperín Bulbarela, Dominga Xóchilt Tress (y más ahora, resentida) y a las hermanas Fabiola y Regina Vázquez Saut.

Y, bueno, se lo dijo su señora madre a Fidel Herrera cuando salió de Nopaltepec a seducir el mundo: “Nunca te pelees con una mujer porque es como pelearse con 200 hombres al mismo tiempo”.

Y es que por todos lados resulta inverosímil que hayan dejado crecer tanto el conflicto del agua.

Alguna jiribilla se atravesó. Una mala jugada, llena de perversidad, de los llamados “Niños infieles”.

Jugando, pues, con el destino de unos políticos; pero más aún, con el destino de la población.

De ser así, entonces significaría que el secretario General de Gobierno usufructúa la bendición superior para tanta indolencia y, por tanto, está santificado.

Y es que si, por ejemplo, desde el sexenio próspero buscan asestar una lección a los vecinos de Tatahuicapan, allí donde floreció “El oaxaco”, José Manuel Flores Ríos, desaparecido en marzo del 2013 en las goteras de Xalapa, presunto socio de los exgobernadores José Murat Casab y Fidel Herrera, se les pasó la mano…