Posdata

0
337

Luis Velázquez

 

Silencio de Peña Nieto ante Veracruz

 

•En la tierra jarocha se vive un tiempo nublado, sórdido y  revolcado

•Y, por eso mismo, resulta indicativo el silencio de los delegados federales encargados de la seguridad y también del secretario de Educación, Emilio Chuayffet, Enlace del presidente de la República con Javier Duarte

•La cúpula eclesiástica, única esperanza

 

 

 

El viernes 10 de octubre, en Aguascalientes, el presidente de la República se refirió otra vez a la inseguridad en el país en un claro y abierto mensaje a los gobernadores.

Dijo:

1) Son inaceptables los vacíos de autoridad.

2) Hay complicidad de gobernantes y delincuentes.

3) “Los distintos niveles de gobierno deben actuar en corresponsabilidad, pero esta no es justificación para la omisión o la suplencia”.

4) Los hechos en Guerrero (los 43 normalistas de Ayotzinapa secuestrados, desaparecidos y, quizá, asesinados) son inaceptables, inhumanos y de barbarie.

5) “Es hora de garantizar la aplicación de la ley y la justicia y la seguridad en toda la república”.

6) Hay estados del país donde las circunstancias (es decir, los malandros) han rebasado a las autoridades locales.

Claro, lo anterior… porque en tiempo y forma, y en el caso de Guerrero, dejaron hacer y dejaron pasar tanto al gobernador Ángel Aguirre Rivero como al presidente municipal de Iguala, y su esposa, la mandona, pues desde hace un año tanto la Procuraduría de Justicia de aquella entidad como el gobierno federal tenían un informe detallado de lo que estaba pasando.

Y sin embargo, nadie escuchó el llamado a tiempo…

 

TIEMPO NUBLADO, SÓRDIDO Y REVOLCADO

 

La semana en Veracruz inicia de la siguiente manera:

En Tlapacoyan un hombre fue asesinado de un balazo cuando en el poblado “El mezcalero” viajaba con su esposa en una motocicleta.

En Xalapa, una madre reportó la desaparición de su hija Mónica Lee y dos amigas en el puerto jarocho el día 7 de octubre.

Y ante el silencio de la autoridad decidió publicitar el hecho en las redes sociales clamando ayuda.

En Acayucan, el reportero policiaco, Rubén Darío Cruz Santos, del Diario de Acayucan, decidió exiliarse ante las amenazas de muerte y un frustrado levantón.

 

“HAY EN VERACRUZ SOMBRAS DE MUERTE”

 

Además, el arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios dijo lo siguiente en el mensaje dominical en la Catedral:

a) “Hay muchos crímenes; pero no aparecen los criminales”.

b) “Sólo se habla de presuntos implicados”.

c) “Los criminales escapan antes de que llegue la justicia”.

d) “En Veracruz hay sombras de muerte, gente torturada y brutalmente masacrada”.

e) “El fantasma de la desconfianza y la sospecha va ganando terreno”.

En Córdoba, el obispo Eduardo Patiño Leal dijo en la homilía:

Uno. Pidió a la autoridad policiaca actuar con inteligencia frente a los reiterados crímenes a plena luz del día que de nueva cuenta están robando la paz social a los cordobeses.

Dos. “No son situaciones normales. No se trata de robos. No nada más es matar. Hay situaciones más complejas. Lo triste es que se van repitiendo cada una o dos semanas”.

Tres. “Necesitamos autoridades atentas a los problemas que se van presentando”.

Cuatro. “Si existieran autoridades atentas… no habría marchas, bloqueos, manifestaciones”.

 

LA IGLESIA, LA ÚLTIMA ESPERANZA

 

Una iglesia en Veracruz que está retomando su trabajo pastoral siempre siempre siempre (que ha de ser) de lado de los feligreses, pues sus definiciones pesan más, mucho más, incluso, que todas las marchas y plantones en el territorio jarocho.

Una cúpula eclesiástica (obispos y arzobispo y sacerdotes) que deben insistir un día y otro más en la homilía, en las reuniones pastorales, en las relaciones institucionales para restaurar la seguridad, la tranquilidad y la paz perdida en Veracruz.

 

SILENCIO DE EMILIO CHUAYFFET, ENLACE DE PEÑA NIETO

 

Lástima, sin embargo, que por ahora, el presidente de la República sólo deje la víbora chillando a los gobernantes que están en complicidad con los delincuentes, sean gobernadores, presidentes municipales, comandantes policiacos, diputados locales y federales y senadores.

Y por eso mismo, la gran pregunta en la tierra jarocha es conocer las razones por las cuales Enrique Peña Nieto ha intervenido en otras entidades del país (Michoacán, Tamaulipas y Guerrero) y no obstante que Veracruz está sangrando se hace el occiso y el omiso.

Y más todavía el secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet Chemor, a quien Peña Nieto nombró Enlace con los gobernadores del sur del país, entre ellos, Veracruz.

Quizá, acaso, Los Pinos esperan que en Veracruz ocurra un Tlatlaya y/o un Ayotzinapa para intervenir, pues hoy aún es tiempo de evitar genocidios, holocaustos y barbaries.

Por fortuna es ganancia que el arzobispo Reyes Larios y el obispo Patiño Leal estén poniendo el índice en la llaga purulenta.

A ellos, mejor dicho, a la cúpula eclesiástica el gobierno de Veracruz los escucha y haría caso, y más, mucho más, ante el silencio indicativo de los delegados federales encargados del área.

Y, por tanto, ellos son la única esperanza de los 8 millones de habitantes de la tierra jarocha para vivir como en su tiempo soñaran Agustín Lara y Pepe Guízar.