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El periodismo según Gay Talese

 

•Según el escritor y cronista, los reporteros “se tragan la propaganda” de los políticos sin poner bajo sospecha su verborrea

 

Luis Velázquez

 

Gay Talese es un reportero y novelista de Estados Unidos, una leyenda en la tradición periodística del país vecino, donde nacieran, entre otros, John Reed, William Faulkner, Ernest Hemingway, Jack London, Truman Capote, Upton Sinclair, Norman Mailer y William Styron, todos cronistas.

Ahora promociona su última novela, a los 80 años de edad, sobre el origen de su familia italiana.

Un reportero lo entrevistó y dibujó una radiografía del periodismo en EU; pero que al mismo tiempo pudiera aplicarse en otras latitudes del mundo, entre ellas, claro, Veracruz.

Por ejemplo, habló de los males del gremio reporteril:

1) La gran dependencia informativa de los políticos, en quienes cada vez más apuestan los diaristas como fuente de información, sin mirar alrededor.

2) La costumbre de los tundeteclas de “tragarse la propaganda del gobierno”, sin ponerla bajo sospecha, perspicacia y suspicacia para cuando menos checar los datos con los otros actores sociales.

3) La demasiada y excesiva cercanía del poder político.

4) La tendencia reporteril “a caer en la basura” que suelen contar los políticos y funcionarios públicos.

5) Un gremio periodístico que ha dejado de ser radical, escéptico e independiente ante los hombres del poder.

6) La urgencia social de un reportero que cada vez desconfíe más y más del poder político.

Se trata, pues, de una radiografía, como si Talese hubiera tomado cafecito y lechero en un restaurante local y cerveza y guiskazos en Los Portales, de igual manera como Jack London cuando en 1914 aterrizó en el puerto jarocho como enviado especial por la invasión norteamericana.

 

TERTULIAS PARA OXIGENAR EL PERIODISMO

 

Ahí está la radiografía del periodismo en el mundo según la mirada de Gay Talese.

Habrá quienes se curen en salud y se inmolen en la plaza pública tirándose incienso a sí mismos.

Pero se trata de la experiencia de un viejo, antiguo y experimentado reportero que ha caminado por todos los rincones del mundo, al mejor estilo de Hemingway, Mailer, Capote y Faulkner, entre otros, y quienes de seguro nunca, jamás, extendieron la mano para sobrecito con el embute, pues las regalías de sus novelas y cuentos le permitían una vida digna y decorosa.

Talese platica de su realidad porque una reportera le preguntó una disección del periodismo en un trabajador de la información que, como él, ha dejado más de 60 años en las salas de redacción.

Y, bueno, aquí se reproduce en los párrafos y/o frases bíblicas centrales, recordando a Gabriel García Márquez, quien en toda su vida periodística siempre fue partidiario de que en los medios debían establecerse tertulias diarias durante, digamos, una media hora, para el intercambio de experiencias sobre la calidad periodística y así mejorar los contenidos.

Y más, dice Talese, cuando cada reportero se cree y siente el más fregón del mundo, convencido de que es el más leído de todos, y lo peor, que suele poseer la verdad absoluta porque antes y después de él… solo él.

 

CAMINOS DIFERENTES DE POLÍTICOS Y REPORTEROS

 

Mucha, demasiada, excesiva razón asiste a Talese.

Por ejemplo, don Julio Scherer García ha dicho que entre los políticos y los reporteros hay un maridaje (ni siquiera matrimonio, vaya) por conveniencia, donde cada parte se utiliza y aprovecha.

Así, el gremio reporteril olvida la esencia fundamental de unos y otros, a saber:

El político busca el poder y el diarista busca información.

El político tiende a ocultar la información que el reportero está obligado a buscar.

El político vive para el poder y el reportero para la información.

El político ejerce el poder y gobierna y el reportero informa, sólo informa.

Por eso, decía García Márquez, la salud pública en las redacciones de los medios con la tertulia de 30 minutos cada día con el único objetivo de fortalecer, además de los contenidos, la entereza moral y ética del trabajo periodístico.

Pero, bueno, rara, excepcional ocasión una golondrina anuncia el verano…