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El Congreso, circo legislativo

•El estilo personal de Callejas Arroyo como pastor legislativo es apostar al show: en la LX Legislatura tuvo a la diputada Peluche, la diputada Palacio de Hierro y la Barbie del Basurero. Ahora, Érick Laguititos con tacos al pastor y Arturo Bermúdez con tamales para los acarreados…

Hubo muchas razones para que Érick Laguitos, Laguititos, secretario General de Gobierno, organizara un show en el Congreso de Veracruz el día de su comparecencia.
Por ejemplo:
Cuando el profe y cacique magisterial, Juan Nicolás Callejas Arroyo, fuera líder camaral en la LX Legislatura existía un trío de ladies:
Claudia Beltrami de Gutiérrez, a quien llamaban “La diputada Peluche”, porque solía llegar a las sesiones parlamentarias con un suéter azul de peluche, un vestido entallado color azul y zapatillas azul casi casi de peluche, al más puro estilo de Ludovico Peluche, Eugenio Derbez, y su esposa, la Federica Peluche.
A Guadalupe, Lupe, Porras, llamaban “La Barbie del basurero” de Minatitlán porque de tantas tantas tantas cirugías que se aplicó (más de las ocho de Sara Luz Herrera, exalcaldesa de Alvarado, que ahora vive en Amatlán de los Reyes) de plano se deformó la cara.
Y Marina Garay, la exalcaldesa de San Andrés Tuxtla, a quien llamaba “La diputada palacio de hierro” por su elegante manera de vestir.
Ahora, en la LXIII Legislatura, otra vez Callejas Arroyo, el show aquel se ha reproducido.
Por ejemplo, el Récord Guinness lo tiene Renato Tronco, quien el día de la toma de posesión llegó a caballo que casi deseó meter hasta su curul, a un lado, despachando como gran legislador con sombrero y botas.
Otro día llegó en su BMW que instaló afuera del Palacio Legislativo y adaptó como oficina para dar audiencia a sus “acarreados”.
Por eso, habría de entender y comprender la filosofía de vida de Laguitos, Laguititos, el más hedonista de los gabinetes fidelista y duartista, el dandy de Isla, el barón necrófilo de la facultad de Leyes de la UV por su tendencia a seducir a las mujeres de la sexta y la séptima década en aquella disco desaparecida, B/44.
Así, que nadie se asuste con Laguititos en el Congreso.
Uno. El arzobispo Hipólito Reyes Larios lanzando loas a su figura tanto en la caminata como en la comparecencia.
Dos. El Congreso, repleto de “acarreados” para ratificarlo como el Mesías anunciando el nuevo mundo y que llevaron al diputado Julen Rementería a reconocer que de plano “llenaba más que Luis Miguel”.
Tres. El Palacio Legislativo oloroso a tacos al pastor y Pau Pau.
Cuatro. Un montón de lonas con las fotografías de Laguitos, como torero en tarde de luces.
Más pantallas en la explanada con su imagen sacrosanta en la comparecencia, rodeado de su elite.
Cinco. El blindaje que le hicieran elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional, como si fuera, digamos, una quinceañera con 15 cadetes de la Escuela Naval.
Seis. El destape del arzobispo como su candidato a diputado federal.
Ocho. Grupos musicales tocando chunchaca, al mejor estilo de Isla, Veracruz.
Nueve. Su declaratoria bíblica cuando fallara en un par de ocasiones el sistema de audio y asegurara que se trataba “de un complot”, se ignora si de su enemigo y adversario público número uno, Jorge Alejandro Carvallo junior, “El hijo pródigo del siglo XXI en Veracruz”.
Diez. Su discurso populista, mesiánico y demagógico ramplón y barato. Por ejemplo, cuando algún diputado le preguntó sobre el intento de quemar la puerta del palacio de Xalapa por unos encapuchados, dijo: “El palacio no fue blindado… porque nos cuidan (ojo, nos cuidan, a ellos, al gabinete priista) los mismos veracruzanos” (Fuente: bitácora de notas publicadas en los medios).

“TE LEVANTAS O TE PARTO TU MADRE”
Incluso, pudiera escribirse que el show de Laguititos parece el berrinche de un niño caprichudo que para nada puede cotejarse, por ejemplo, con lo ocurrido en Oaxaca.
En el palacio Legislativo, los diputados de la tierra de Benito Juárez y Ricardo Flores Magón debatían sobre la destitución de la vicepresidenta de la Mesa Directiva.
Y en los dimes y diretes el líder parlamentario, el priista Alejandro Avilés, solucionó el fuego verbal con el diputado del PANAL, Jefté Méndez, con un rafagueo categórico: “Te levantas o te parto tu madre”.
Así, mientras en la tierra del gobernador Gabino Cué los conflictos se dirimen en tal forma, aquí, en el territorio duartista, con tacos al pastor y Pau Pau, que tanto han ablandado el corazón de los malandros, la política es un paraíso terrenal.
Con todo y show, claro. Sólo faltó que la directora de Espacios Educativos de la SEV, Dominga Xóchilt Tress, le llevara a Laguititos, en agradecimiento por su cargo público, a “Los tigres del norte”, aun cuando, claro, quizá los tenga reservados para la comparecencia de Motita.
Y es que, bueno, de acuerdo con la filosofía electoral, los comicios se ganan con tacos al pastor, Pau Pau y un grupo musical para alegrar el corazón y el cuerpo con el bailongo.