El presidente de Estados Unidos Donald Trump sigue amenazando con tomar el control de la isla de Groenlandia. “Llegaremos hasta donde sea necesario. Necesitamos Groenlandia. Y el mundo necesita que tengamos Groenlandia, incluida Dinamarca”, según las palabras del propio Trump. «Necesitamos Groenlandia para la seguridad nacional y la seguridad internacional», declaró en el Despacho Oval a los periodistas de la Casa Blanca.
Objetivo: Groenlandia
Las ambiciones de Estados Unidos en el Ártico parecen no haber terminado y justo se trata de una afirmación hecha poco antes de la visita del vicepresidente J. D. Vance a la isla, que irá acompañado por la segunda dama, Usha Vance, y el secretario de Energía, Chris Wright, con la intención de visitar la base espacial militar en Pituffik, al noroeste de la isla, en una decisión que ha generado importantes críticas tanto de Groenlandia como de Dinamarca. Los comentarios de Trump han puesto de manifiesto la indignación en los locales por lo que se percibe como una intromisión estadounidense en los asuntos de Groenlandia.
Pero, ¿qué tiene Groenlandia para que Trump esté dispuesto a hacer lo que sea necesario para conseguir este objetivo?
Groenlandia es una isla semiautónoma que forma parte del reino de Dinamarca desde 1953 (Dinamarca solo gestiona asuntos exteriores y defensa), y es un territorio muy poco poblado del Ártico; apenas viven unas 56.000 personas y la mayoría, son indígenas inuit, acostumbrados a las extremas temperaturas de la región. ¿Entonces? ¿Cuál puede ser su atractivo para Trump?
La clave: las Tierras raras
Aparte de la capital Nuuk, en la que vive la mayoría de la población, pues cerca del 80% de su territorio está cubierto de hielo, sí que hay varias bases militares tanto danesas como estadounidenses y, quizá lo más atractivo es que, en los últimos años, los recursos naturales de Groenlandia han escalado en interés tras ser conscientes de que el calentamiento global está provocando el derretimiento de parte del hielo que cubre Groenlandia, lo que dejaría con el paso del tiempo mucho más accesible el acceso y la minería de tierras raras, uranio e hierro.
Estos minerales críticos, sobre todo las tierras raras, se han convertido en una especie de conquista para el presidente estadounidense, conocedor de su importancia para abastecer de chips a la inteligencia artificial, por ejemplo. De ahí también su interés en un acuerdo con el presidente de Ucrania Volodimir Zelensky con la intención de extraer los metales de tierras raras del país para destinarlos a toda suerte de productos, como coches eléctricos o los móviles que nos acompañan a todas partes. Por el momento, es China quien domina el mercado de las tierras raras, pero este escenario podría cambiar.
No es la primera vez que Trump habla sobre la posibilidad de que Estados Unidos se haga con Groenlandia. Ya lo hizo en su primer mandato y lo ha vuelto a hacer en el segundo, a lo que el primer ministro groenlandés, Mute Bourup Egede, ha respondido en redes sociales que «Groenlandia pertenece a los groenlandeses».
*NATIONAL GEOGRAPHIC