- El aspirante a juez en materia familiar aplica su creatividad cuando debe dialogar con niñas y niños antes de emitir una sentencia.
En el marco de la próxima elección al Poder Judicial, en entrevista para Crónica de Xalapa, Luis Eduardo Belmonte Lara, actual juez de primera instancia y candidato a juez de primera instancia especializado en materia familiar, destacó la importancia sobre la impartición de justicia, la empatía y su compromiso con los ciudadanos.
Con una trayectoria de más de 16 años en la materia, Belmonte Lara detalló que un juez en materia familiar debe ser creativo, humano, sensible y juzgar con perspectiva apegada a la legalidad.
Luis Eduardo narró la manera en la que sensiblemente logra sus entrevistas con los menores de edad, a través de “Policleto”, un títere policía que logra hacer que los infantes cuenten su historia y contesten con mayor confianza los cuestionamientos del juez y así poder otorgar una resolución justa.

“Tengo vocación de servir y realmente me encanta estar en el juzgado. Voy más allá de lo que es mi obligación, completamente comprometido con que lo que hago tenga un resultado positivo en cada asunto. Me considero una persona sensible a los casos”.
-Nos puede detallar sobre la materia familiar. ¿Qué labor realiza un juez en esta especialidad?
-”Los jueces de primera instancia en materia familiar somos los encargados de todo lo relacionado con el núcleo familiar. Esto incluye divorcios, pensiones alimentarias, la determinación de la guarda y custodia de los hijos en caso de separación, nulidades de actas, cambios de nombre, y la pérdida de la patria potestad. También intervenimos en situaciones donde, por ejemplo, un progenitor se niega a que un menor salga del país, supliendo esa voluntad. Si bien antes veíamos sucesiones, esa competencia ha sido modificada por el Consejo. En esencia, abordamos todas las cuestiones relativas a los derechos y obligaciones dentro de la familia”.

– ¿Cuál ha sido su trayectoria en el Poder Judicial y qué lo motivó a aspirar a este cargo?
-“Ingresé al Poder Judicial en diciembre de 2008, justo después de graduarme de la licenciatura en Derecho en la Universidad Veracruzana. Comencé como oficial administrativo, llevando la correspondencia, y desde entonces he ascendido por diversos puestos: coordinador de la Central de Actuarios, actuario judicial, secretario de Estudio y Cuenta, y finalmente juez de primera instancia. Mi primer juzgado como juez fue en Coatepec en 2017, y en 2018, tras un concurso de oposición entre más de 400 personas, obtuve una de las quince plazas como juez titular. He estado en juzgados de Xalapa, Pánuco, Tierra Blanca, Orizaba y actualmente en Veracruz. Llevo siete distintos distritos judiciales”.

-¿Qué aspectos considera que se deben mejorar en el sistema de justicia, específicamente en materia familiar?
-”Considero que la forma en que se imparte justicia familiar debe mejorar. A veces, como jueces, nos enfocamos demasiado en el procedimiento y olvidamos el objetivo final: resolver la problemática familiar. Tendemos a ver estos casos desde un punto de vista tradicionalista, como si fueran juicios patrimoniales. Sin embargo, hay formas de solucionar las cosas que van más allá de lo que establece la legislación actual, que implican ir más allá de lo que establece el código”.

-Ante la reciente reforma judicial, ¿cómo ve estos cambios en el sistema de justicia y su impacto en la erradicación de la corrupción?
-”Es difícil predecir el impacto total de la reforma, hay críticas y aspectos positivos. Lo que sí es un cambio y es algo que he comentado con colegas, es que nos obliga a bajar a tierra. Nos recuerda que somos servidores del pueblo. A veces, como jueces, podemos sentirnos muy seguros en nuestra posición, pero el hecho de que tengamos que buscar el voto implica un acercamiento a la gente. Conozco casos de jueces que ni siquiera atienden a las personas y no debe ser así. Escuchar a la gente, aunque no siempre podamos solucionar su problema como esperan, les da mucha tranquilidad. La reforma nos recuerda que nos debemos a la justicia”.

-¿Qué características considera esenciales para un juez en la materia familiar?
-”Un juez de familia debe ser empático. No basta solo con el conocimiento de las leyes. Debemos tener conocimiento del entorno de la problemática. No podemos ser rígidos; debemos ser creativos y tener la apertura para hablar con las personas. Parte de mis propuestas, que en realidad ya aplico, es precisamente el entendimiento. Es fundamental no perder de vista que tratamos con niños, niñas y adolescentes. Por ejemplo, yo utilizo un títere llamado Policleto en mis audiencias con niños para facilitar la comunicación, pues muchos no se sienten cómodos hablando con un juez detrás de un escritorio. Además, un juez familiar debe ser multidisciplinario. No lo sabemos todo, y es crucial trabajar en conjunto con psicólogos y otros especialistas. En mi caso, he tenido reuniones con psicólogos, porque, aunque jurídicamente sé qué hacer, lo psicológico me supera, y necesito sus herramientas y puntos de vista para llegar a una solución. Es indispensable una gran sensibilidad y humanismo”.

-¿Cómo se describiría personalmente en su labor como juez?
-“Soy un juez entregado a su trabajo, todavía recuerdo el primer asunto en el que entregué a un niño a su mamá, y me emociona mucho ver un resultado positivo. Soy empático con la situación de cada asunto, pero siempre sigo la normatividad de acuerdo con la ley. Es vital ser consciente de la responsabilidad que implica cada decisión”.

-¿Alguna vez ha cedido a algún tipo de soborno o ha accedido a favores?
– “No, en absoluto. Siempre me he dirigido con rectitud y apego estricto a derecho. De hecho, siempre les digo a mis compañeros y a las personas en los juzgados donde he estado que, en mi caso, obtienen más las personas que se abren, me cuentan su problemática y lo que esperan. Entiendo que quienes acuden son padres, madres, familias, y estamos ahí para solucionar sus controversias. Nunca podría dormir tranquilo si hiciera algo que jurídica y moralmente no considerara correcto”.

-Finalmente, ¿la invitación a la ciudadanía para que voten por usted?
-”Soy Luis Eduardo Belmonte Lara, candidato a juez de primera instancia especializado en materia familiar. Los invito a que este primero de junio voten por mí, marcando en la boleta gris, del lado derecho, en la sección de hombres, el número 105 en la casilla de juez familiar”.

Cabe recordar que el próximo 1 de junio serán las elecciones al Poder Judicial, las cuales se consideran históricas en Veracruz y el país, ante la primera vez que los juzgadores serán sometidos al escrutinio de la ciudadanía.