POR ROSA VÁZQUEZ
El pasado 17 de julio Rusmilda González Murillo de 17 años de edad llegó al hospital de Misantla para tener a su segundo hijo, de forma inexplicable y a pesar de que a su llegada el bebé gozaba de buena salud, en el hospital le entregaron al bebé muerto argumentando que ya venía sin vida.
Por esa razón, y por el presunto delito de negligencia médica, la afectada y su familia presentaron una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos contra el hospital de dicha ciudad y perteneciente a la Secretaría de Salud.
La menor de edad fue mal atendida durante su llegada al hospital, ignorada en sus síntomas y pasada a quirófano de forma tardía. Alrededor de las 10:45 de la noche uno de los médicos había asegurado que el bebé estaba bien pero la mujer tendría que permanecer hospitalizada para esperar el parto.
Flor Caiceros y Lopez, madre de la joven Rusmilda, narró que de acuerdo al testimonio de su hija, un camillero la trasladó a un pasillo del hospital, ahí un doctor realizaba recorridos y le dijo que aún faltaba tiempo para que naciera el bebé.
Sin embargo la mujer empezó a sangrar, una enfermera se percató de eso y aun así le dijo que la instrucción del médico era que esperara más. En el lugar había cuatro enfermeras, dos enfermeros y un doctor que se divertían y platicaban sin tomar en cuenta los llamados de ayuda que pedía Rusmilda porque sentía dolor.
Cuando por fin fue pasada al quirófano, el bebé ya estaba naciendo y por la premura, el médico ni siquiera se puso guantes para recibirlo. «Yo vi como mi bebé respiraba y se movía, y luego, luego las enfermeras le pasaban cosas y después una de ellas le aplastaba el pecho porque ya se les estaba muriendo».
La mujer fue sacada del quirófano de forma inmediata y la dejaron en el pasillo. Unos 20 minutos después la pediatra salió con la bebé en brazos y le aseguró que la bebé llevaba una hora muerta antes de nacer.
A eso se suma que Rusmilda fue dejada a su suerte en su camilla, ni siquiera le cambiaron las sábanas ni la limpiaron después del parto. Después dijeron que la menor había presentado una infección por la muerte del bebé y debía quedarse más tiempo en el hospital.
El caso está siendo acompañado por Ignacio Ochoa Placido y José Mauro Peña Ramírez, integrantes del Centro de Derechos Humanos «Digna Ochoa y Plácido». La familia pidió que se investigue y castigue a quienes resulten responsables.