*Negocios y casas de las calles de Lucio y Revolución no tienen agua, tampoco hay espacio para los peatones
POR ROSA VÁZQUEZ/ EXCLUSIVA
Desde que las obras del programa Xalapa Mía, del ayuntamiento de Xalapa, iniciaron en el centro de la ciudad, la población ha manifestado su molestia por el cierre de calles y carreteras destrozadas. Ahora la molestia ha incrementado por la tardanza de estos trabajos.
Tanto las calles de Lucio como la de Revolución, dos de las calles principales por donde transitan los xalapeños para realizar compras, estudiar o trabajar, se han vuelto intransitables para peatones.
Humberto Peredo vive en un departamento de la calle Revolución. El 16 de julio le cortaron el agua por primera vez por motivo de las obras, a través de twitter se enteró de que habría un calendario de cortes de agua en las zonas donde se realizaba la obra.
Sin embargo ese calendario nunca fue respetado. «El lunes nos dejaron sin agua. Se supone que los cierres terminaban para esta zona el ocho de agosto y siempre duran tres días».
Aunado a eso, debe saltar los hoyos que quedan en la banqueta para llegar a su departamento y soportar que durante la noche pongan a trabajar la maquinaria y durante el día no haya trabajadores.
«No nos oponemos a la obra pero pues que trabajen día y noche para que sea más rápido. Además los que están trabajando dicen que CMAS tuvo que haber pasado a anunciar los cortes de agua con volantes, y no pasaron».
Adriana Galicia expresó su molestia porque diario debe subir hacia Revolución para tomar su camión y con las banquetas destrozadas, debe ir sorteando los automóviles que pasan.
«Es muy molesto porque todas la sobras están mal planeadas, para ir al trabajo tengo que ir fijándome todo el tiempo de no caerme en un hoyo. Ando caminando en medio de la calle con los carros porque no se puede andar en las banquetas».
La mujer reconoció que se trata de obras que traerán beneficios a largo plazo pero hizo un llamado para que se agilicen los trabajos y se reparen las banquetas de forma inmediata.
Finalmente, la señora Carmen consideró las obras «una falta de respeto» de las autoridades a las personas que no tienen automóvil porque no ofrecen alternativas para caminar de forma segura.
«Nos obligan a caminar sobre las calles y exponernos entre los automóviles. Además el paso para las personas discapacitadas se hace imposible y se corre el riesgo de un accidente».