La casa real del pequeño país ha comunicado su fallecimiento, una tragedia “inesperada” de la que no aportan más detalles
“La casa principesca lamenta anunciar que su alteza serena el príncipe Constantin von und zu Liechtenstein falleció de manera inesperada el 5 de diciembre de 2023″. Con esta escueta frase en inglés comunicaba este miércoles la familia real del pequeño principado centroeuropeo (tiene unos 40.000 habitantes) la muerte de Constantino de Liechtenstein, a los 51 años. El comunicado en la versión alemana era algo más extenso sobre el fallecimiento del tercero de los cuatro hijos del actual príncipe soberano Juan Adán II, aunque tampoco informaba de las causas de su “inesperado” fallecimiento.
“La casa principesca lamenta comunicar que S.D. Príncipe Constantino de Liechtenstein murió inesperadamente el 5 de diciembre de 2023. El hijo menor del príncipe Hans-Adam II deja atrás a su esposa, la princesa María de Liechtenstein, de soltera la condesa Kálnoky de K’röspatak, y sus hijos el príncipe Moritz, la princesa Georgina y el príncipe Benedikt. El príncipe Constantino fue presidente del consejo de supervisión del Liechtenstein Group AG y miembro del Consejo de Administración de Liechtenstein Group Holding AG”, dice la nota firmada a 6 de diciembre, un día después de su muerte, en el castillo de Vaduz.
“Con gran tristeza nos despedimos de su alteza serenísima Constantino”, empieza el mensaje que Liechtenstein Group AG ha publicado en su página web. “Su muerte supone un terrible shock para todos aquellos que lo conocieron, y el Grupo de Liechtenstein está de profundo luto. Nuestros pensamientos y oraciones están con su viuda, la princesa Marie von und zu Liechtenstein, y sus hijos Moritz, Georgina y Benedikt”, añade.
Constantino estaba casado desde julio 1999 con la condesa María Gabriela Francisca Kálnoky de K’röspatak. Se casaron primero por lo civil en la capital de Liechtenstein, Vaduz, y días más tarde celebraron la boda religiosa en Eslovaquia. Tuvieron tres hijos; Moritz (de 20 años), Georgina (18) y Benedikt (15). Entre otros cargos, Constantino de Liechtenstein ocupó el de presidente del consejo de supervisión del principado, situado a orillas del Rin, entre Suiza y Austria. Desde esa posición, quien era séptimo en la línea de sucesión al trono, estaba encargado de administrar la fortuna de la familia, propietaria de una importante colección de arte (destacan obras de Hals, Raphael, Rembrandt y Van Dyck) y de diversas propiedades. De hecho, la de Liechtenstein es considerada la familia real más rica de Europa. Bloomberg le calcula a su padre, dueño del Grupo Bancario LGT — la mayor entidad de banca privada del país, con miles de empleados y oficinas en Asia, Oriente Medio, Australia o Estados Unidos—, una fortuna que se acerca a los 9.000 millones de dólares.
Según recoge el medio local Vaterland, tras conocerse la noticia de su muerte, en el Parlamento de la nación se guardó un minuto de silencio en su última sesión, mientras que a las tres en punto de la tarde de ayer sonaban las campanas en todas las iglesias parroquiales de la archidiócesis.
Nacido el 15 de marzo de 1972 en la localidad suiza de St. Gallen, el príncipe se graduó en 1991 en el Liechtenstein High School para posteriormente estudiar derecho en Salzburgo. Constantino también ostentaba el título de conde de Rietberg, era director de la Fundación Príncipe de Liechtenstein y miembro del consejo austríaco para el desarrollo sostenible.
Su padre Juan Adán, de 78 años y viudo desde 2021, es el soberano de Liechtenstein desde agosto de 1989, cuando el príncipe Franz Josef II de Liechtenstein abdicó en su favor; él por entonces tenía 36 años. Hoy es Luis, de 55 años, el heredero al trono principesco. Aunque desde 2004 ha asumido numerosas tareas con vistas a facilitar la sucesión, entre ellas la representación diplomática del país en el exterior. Los otros dos hijos del monarca son Maximiliano (54) y Tatiana de Liechtenstein (50), quien en 1995 copó portadas de revistas españolas por su supuesta cercanía al entonces príncipe Felipe que nunca fue tal. La de Liechtenstein es una de las familias reales más discretas, claramente alejados de los titulares sobre su vida personal, como sí ocurre con las casas reales del Reino Unido, Dinamarca o España.
*EL PAÍS