Muere a los 88 años el escritor albanés Ismail Kadaré, premio Príncipe de Asturias de las Letras

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Ismail Kadaré, el principal representante de la literatura albanesa, murió este lunes en Tirana a los 88 años de edad, informó el portal de la televisión pública de Albania RTSH.

Nacido en 1936 en Arigirocastro, el autor de numerosas novelas, dramas y poemas traducidos a 45 idiomas, fue académico y uno de los más grandes escritores contemporáneos.

En varias ocasiones fue candidato al premio Nobel por su obra, centrada en el totalitarismo que vivió Albania hasta comienzos de la década de 1990.

En 2009 obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2009, por “la belleza y el hondo compromiso de su creación literaria”.

El acto de entrega de los Premios tuvo lugar el 23 de octubre de ese año en Oviedo, en una ceremonia presidida por el Rey de España, Felipe VI, entonces Príncipe de Asturias, y en la que pronunciaron discursos, además del rey y el premiado, José Narro, entonces rector de la Universidad Nacional Autónoma de México; Klaus Wowereit, entonces alcalde gobernador de Berlín; Margaret Chan, quien fue directora general de la Organización Mundial de la Salud; y el entonces presidente de la Fundación, Matías Rodríguez Inciarte.

Ismaíl Kadaré es considerado uno de los grandes autores de la literatura universal. Siendo un niño, vivió la Segunda Guerra Mundial, la ocupación de su país por la Italia fascista, la Alemania nazi y la Unión Soviética, hasta la instauración de la dictadura comunista de Enver Hoxha en Albania en 1944.

A los diecisiete años ganó un premio de poesía en Tirana que le valió la autorización para partir a Moscú a estudiar en el Instituto Gorki, del que fue expulsado en 1961, tras la ruptura de relaciones entre el país balcánico y la URSS. En el instituto moscovita escribió El general del ejército muerto, que alcanzó un enorme éxito en Francia. Gracias a esta novela, obtuvo una especie de inmunidad en su país, como representante del orgullo nacional, a pesar de no plegarse a los dogmas comunistas. Se incorporó, forzado por el régimen, al Parlamento albanés entre 1970 y 1982. En 1990, unos meses antes de la caída de la dictadura, se exilió en París, ciudad en la que reside desde entonces, aunque visita frecuentemente Albania.

Foto: Fundación Princesa de Asturias

Gran estudioso de la tradición albanesa y de la idiosincrasia de este pueblo balcánico, sus títulos se sitúan en distintos episodios de su historia, como el de la ruptura entre Albania y la URSS, en El largo invierno (1977); las rivalidades entre católicos y ortodoxos, en ¿Quién ha vuelto a traer a Doruntine? (1980); y la ruptura entre Tirana y Pekín, en El concierto (1988). Uno de los rasgos más característicos de su obra es el de estar permanentemente abierta: Kadaré reelabora sus escritos, los poemas se convierten en relatos, los relatos se alargan en novelas y estas, en ocasiones, se reducen a cuentos. Otra de las características es la recuperación de las grandes preocupaciones y debates de la Humanidad que toma de la tradición oral y de la literatura clásica, de Esquilo, Homero, Shakespeare, Cervantes o Chéjov, situándolos en el contexto contemporáneo.

Sin embargo, el tema central de su obra, plasmado en todos sus libros, es el totalitarismo, sus mecanismos de funcionamiento y las complicidades que lo hacen posible. Esta obsesión literaria culmina en El palacio de los sueños (1988), publicada en 1981 en Albania, cuando todavía regía la dictadura comunista. En ella, el escritor albanés construye una inmensa parábola de la perversión despótica, en la que en un país imaginario, una inmensa maquinaria al servicio del poder absoluto, la Oficina del dormir y el soñar, controla la vida onírica de los ciudadanos. A pesar del hundimiento del comunismo, Kadaré continúa sondeando el alma de las sociedades totalitarias, como en Tres cantos fúnebres por Kosovo (1999) y Frente al espejo de una mujer (2002).

(Con información de EFE y Fundación Princesa de Asturias)