“Moctezuma y Atahualpa, dos monarcas marcados por el infortunio”: Eduardo Matos Moctezuma

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Por Héctor González

Los imperios mexica e inca no tienen comparación dentro la historia precolombina. Sus alcances fueron tales que dominaron buena parte de la región, en particular en la época en que Moctezuma Xocoyotzin y Atahualpa fueron emperadores.

Con el objetivo de trazar las convergencias de ambos monarcas, Eduardo Matos Moctezuma (Ciudad de México, 1940) y Luis Millones Santa Gadea (Lima, 1940), publican Moctezuma y Atahualpa. Vida, pasión y muerte de dos gobernantes (Tusquets), un ejercicio de historia comparada que propone una revisión más allá de los prejuicios de dos figuras claves para entender los procesos de conquista en lo que hoy es Latinoamérica.

¿Cómo surgió este ejercicio de historia comparada?

Con anterioridad Luis Millones y yo escribimos Mexicas e incas, libro donde hicimos una comparativa sobre los grandes imperios de América, aquel trabajo tuvo cierta repercusión y a partir de eso me pareció interesante escribir sobre los dos dirigentes indígenas que tenían todo el poder sobre ambos imperios: Moctezuma en Tenochtitlan y Atahualpa, en la región inca.

Usted escribe que ambos personajes estuvieron marcados por el infortunio, ¿por qué?

Los dos grandes señores tuvieron el poder de gobernar a miles de indígenas por medio de sus imperios. El mando de Moctezuma abarcaba hasta ambas costas, donde se había extendido el imperio de la Tripe Alianza. En náhuatl tlatoani significa “el que posee la palabra, el que tiene el mando” y eso era él. Algo parecido fue Atahualpa en el imperio incaico. Ambos también vieron como de pronto llegó gente extraña que contribuyó a la caída de su poder y finalmente a su muerte.

¿A qué atribuye los paralelismos?

Primero, la presencia de dos grandes imperios que se consolidaron poco a poco, en el caso de los mexicas con los anteriores tlatoanis. Sabemos que el linaje de Tenochtitlan se inicia pasado el año 1,300, cuando es elegido Acamapichtli, el primer tlatoani. A partir de ese momento se empiezan a consolidar hasta que con Itzcóatl alcanzan la liberación. Poco después se funda la llamada Triple Alianza entre Tenochtitlán, Tacuba y Texcoco, es entonces cuando se extiende el imperio por Mesoamérica. Los tributos que exigían a sus dominados, entre otras cosas, provocaron que a la llegada de Cortés a Veracruz los indígenas se quejaran ante el español por el sometimiento de Moctezuma, es así como Cortés aprovecha el momento para conseguir el apoyo de la población y encallar las naves, nunca quemarlas como se ha dicho, para preparar el camino hacia la conquista. En el mundo incaico ocurre más o menos lo mismo, Pizarro desembarca con un número no muy grande de soldados, pero todos armados. Durante su avance se encontró con la disputa entre dos hermanos, Huascar y Atahualpa, quienes aspiraban a convertirse en incas, el equivalente al tlatoani.  Ambos vivieron enfrentamientos y capturas, por un lado, Moctezuma fue retenido en el Palacio de Axayácatl cuando quedó de verse con Cortés; y Atahualpa fue apresado cuando se citó con Pizarro en la plaza de Cajamarca, el español arremetió contra él para hacerlo prisionero y posteriormente matarlo a garrotazos.

Usted apunta que al menos a Moctezuma la historia le ha cerrado las puertas, ¿sucedió lo mismo con Atahualpa?

Por lo general se le percibe como un hombre pusilánime, que no supo enfrentar al enemigo. En lo personal considero que no fue así. Moctezuma uso varias tácticas para alejar a los españoles, primero les envió regalos (oro, plata, plumería), pero siempre invitándolos a que no avanzaran, evidentemente la estrategia no resultó. A partir de Cholula cambió a la táctica guerrera que tampoco funcionó. Hasta donde sabemos, Atahualpa en Perú tampoco es considerado un gran héroe.

Este infortunio trascendió a su muerte.

Así es.

¿Qué tanto nos falta repensar o revisar la vida de Moctezuma?

Se han escrito historias, algunas noveladas, una muy importante es Moctezuma. Apogeo y caída del Imperio Azteca, publicada por Michel Graulich, quien hizo un estudio muy amplio y recomendable. Otros títulos de importantes son Moctezuma, el de la silla de oro de Francisco Monterde, y desde luego el trabajo de José Luis Martínez sobre Hernán Cortés. Sin duda es una figura interesante que todavía merece ser investigada para descubrir más sobre él y su encuentro con Cortés.

*ARISTEGUI NOTICIAS