En Zitácuaro, Michoacán, la violencia escaló de manera alarmante tras la presunta muerte o captura de William Edwin Rivera Padilla, alias “El Barbas”, un presunto operador clave del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Escalada de violencia
Estos trágicos eventos han puesto de manifiesto el nivel de inseguridad al que está expuesta la población civil en medio de la disputa territorial entre cárteles y las operaciones de las fuerzas armadas.
Los actos violentos se desataron tras la divulgación de información contradictoria sobre el destino de “El Barbas”, identificado como un colaborador cercano de Nemesio Rubén Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”. Inicialmente, se reportó su muerte, pero también se especuló sobre su captura y un posterior rescate por parte de un comando armado. Ninguna versión ha sido confirmada oficialmente por las autoridades locales o federales.
En respuesta, miembros del CJNG desplegaron una serie de ataques que incluyeron balaceras, bloqueos y la quema de tiendas de conveniencia como los OXXOs, además de vehículos en diversos puntos de la entidad. Estos actos sembraron el pánico entre la población y obligaron a las autoridades a emitir alertas para que los habitantes se mantuvieran en sus hogares.
Pérdidas colaterales
El operativo fallido para capturar a “El Barbas” y la respuesta violenta del CJNG dejaron un saldo de al menos tres muertos y cuatro heridos. Las balas perdidas no discriminaron entre los involucrados en el conflicto y ciudadanos inocentes, como Mercedes, su sobrina y el conductor, quienes se convirtieron en víctimas colaterales.
Las autoridades del Ayuntamiento de Zitácuaro emitieron un comunicado en el que expresaron su condena a los hechos y reafirmaron su compromiso de actuar con firmeza contra la delincuencia. Sin embargo, la población local sigue exigiendo respuestas concretas y estrategias efectivas para garantizar su seguridad.
Zitácuaro se encuentra inmersa en una cruenta lucha entre el CJNG, Los Caballeros Templarios y Cárteles Unidos, quienes se disputan el control de actividades ilícitas como el tráfico de drogas, la extorsión y el secuestro. Este enfrentamiento ha convertido a la región en un epicentro de violencia, donde los civiles constantemente enfrentan los riesgos de ser atrapados en el fuego cruzado.
*INFOBAE