POR ROSA VÁZQUEZ
Alrededor de 84 comerciantes se han instalado en el paseo de Los Lagos desde que inició la actual administración de Américo Zúñiga Martínez, convirtiendo el lugar en una especie de mercado donde se venden desde frituras hasta adornos de carpintería.
Desde el pasado gobierno municipal se anunció que ante el constante incremento de vendedores ambulantes en las calles de la ciudad, se aprobó mediante cabildo que no se otorgarían más permisos tolerados para vendedores ambulantes, y tampoco se tendría tolerancia con ellos.
De esa forma y documentado en vídeos y fotografías que han ido a parar a redes sociales, los xalapeños han sido testigos de la rudeza con que los inspectores de comercio municipal han retirado a vendedores de pan y dulces de las calles del centro de la ciudad.
Pero su poder de control parece no tener más impacto lejos de las principales calles de Enríquez y Lucio, pues en el paseo de Los Lagos, que es utilizado como un parque de diversión familiar, los vendedores ambulantes ya se adueñaron del paso peatonal, las jardineras y hasta los árboles.
Comercios permanecen con sus casetas durante toda la semana, y aunque de lunes a viernes no abren, las casetas con lonas se quedan ahí de forma indefinida. Los fines de semana se vuelve una locura cuando todas las casetas abren a la vendimia y además se suman otros vendedores en carritos o con una lona tirada al suelo.
Desde el inicio de las escaleras de acceso por la zona de El Dique, se pueden ver vendedores de elotes, dulces y raspados, al bajar el primer lago recibe con alrededor de cinco vendedores de frituras y hasta sombreros.
Hay figuras de madera, servicio de caritas pintadas, alrededor de 10 brincolines, una alberca con pelotas de hule, juegos de feria como el de pelotas encestadas y uno para los más pequeños que consiste en pescar peces.
El colmo llega al llegar al segundo lago, donde los vendedores ya hicieron suya la parte izquierda del paseo, vendiendo mallones, renta de carritos eléctricos, de bicicletas familiares, piñas coladas y hasta ofreciendo una foto con una enorme serpiente por 20 pesos.
Una de las salidas del paseo, frente a los juegos infantiles y que daba hacia el estadio Quirasco, ahora está siendo obstruida y ocupada por tres brincolines, un juego de feria y dos vendedores de comida.
Aunado al desorden de ambulantaje que se presenta, se suma la carencia total de botes de basura para el lugar, por lo que el paseo termina siendo los domingos por la noche un chiquero.
A pesar de esta problemática, la mala imagen que genera el nuevo mercado de Los Lagos y la cercanía de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, el ayuntamiento de Xalapa en su área de comercio no ha sido capaz de hacer cumplir su palabra y liberar a la ciudad del comercio informal.