Llegó el primer resultado electoral en EE. UU. y fue empate entre Trump y Harris

0
27

El recuento de los seis votos en Dixville Notch, Nuevo Hampshire, duró apenas 12 minutos. «No me lo esperaba», dijo un residente sobre el resultado dividido.

Las galletas de chocolate estaban horneadas, la habitación estaba sobrecalentada y una de las tradiciones electorales más extrañas de Estados Unidos estaba a punto de comenzar: los seis residentes de un antiguo hotel en Dixville Notch, Nuevo Hampshire, reunidos a medianoche para emitir su voto para presidente.

«Esto parece normal», dijo unos minutos antes de que comenzara la votación Tom Tillotson, de 79 años, cuyo padre creó la tradición del voto anticipado en el Balsams Grand Resort Hotel en 1960.

El recuento final –el primer resultado de estas elecciones– se anunció 12 minutos después de medianoche. En una aldea donde el 66,67 por ciento de los votantes registrados son republicanos (los otros dos son independientes) y donde Nikki Haley arrasó en las primarias con sus seis votos, las elecciones generales acabaron en empate: tres votos para Kamala Harris y tres para Donald Trump.

«No me lo esperaba», dijo Scott Maxwell sobre el resultado dividido. Su voto, a favor de Trump, fue una sorpresa, incluso para él. Hasta las 10:30 p. m. del lunes, Maxwell dijo que estaba indeciso.

Hace cuatro años, los cinco votos fueron para Joe Biden. En 2016, Hillary Clinton obtuvo cuatro votos y Trump dos.

Dixville Notch se creó con el único propósito de convertir el complejo turístico Balsams en un lugar de votación. Neil Tillotson, propietario del hotel, consiguió publicidad gratuita para el resort, y los periodistas aprovecharon la compañía telefónica interna para entregar el recuento de votos real, aunque estadísticamente insignificante, del pueblo 12 horas antes de que empezaran a llegar los sondeos a pie de urna de otras partes del país.

«Siempre fue un truco de relaciones públicas», dijo Andrew Smith, director del Centro de Encuestas de la Universidad de Nuevo Hampshire y coautor de The First Primary, un libro sobre el papel de Nuevo Hampshire en las elecciones presidenciales.

Con el tiempo, el acto atrajo a cientos de periodistas y a candidatos presidenciales como Ronald Reagan, John McCain y los dos George Bush. A medida que el truco se convertía en tradición, el complejo Balsams se deterioraba. El número de visitantes y los ingresos disminuyeron hasta 2011, cuando el complejo cerró.

¿Cómo se vota en una ciudad que nunca fue una ciudad, en un hotel que ya no es un hotel?

Durante las primeras elecciones después de 2011, se siguió votando en el interior del antiguo hotel, pero los edificios vacíos y sin calefacción se deterioraron rápidamente con los duros inviernos de Nuevo Hampshire. En 2016 y 2020, votantes y periodistas se hacinaron en el porche de una pequeña casa de la propiedad que fue renovada para el evento, dijo Coralie Stepanian, de 59 años, empleada del hotel.

Otra crisis golpeó en 2019, cuando el número de empleados que vivían en la propiedad se redujo a cuatro, uno menos que el mínimo requerido por la ley estatal para un distrito electoral. Para entonces, Les Otten, un antiguo promotor de estaciones de esquí, había comprado la propiedad, con planes para convertirla en un complejo turístico durante todo el año.

Para mantener la tradición de votar a medianoche, Otten reformó una casa abandonada y se instaló en ella. Más tarde se le unió su socio, con lo que el número de residentes y votantes ascendió a seis.

«Es democracia pura y dura», dijo Otten, de 75 años, este lunes sobre su deseo de mantener la tradición.

Los votantes de Dixville Notch trabajaron durante semanas para preparar la noche electoral de este año. Atendieron las llamadas de periodistas curiosos de Nueva York, Montreal y Hong Kong. Cortaron el césped delante de la casa de Otten, que ahora hace las veces de recinto de votación. En la cocina, prepararon cruasanes de jamón y queso y galletas de chocolate gruesas como billeteras. En la sala de estar, montaron tarimas para los periodistas de televisión, sillas para los fotógrafos y una mesa de plástico para contar los votos.

«En nuestro patio trasero, el sistema va a funcionar como fue diseñado», dijo Otten antes de que se emitieran los votos. «Votarán seis personas. Se contarán sus votos. Y una vez hecho, hecho está».

Christopher Maag es un reportero que cubre la región de la ciudad de Nueva York para el Times. Más de Christopher Maag

*INFOBAE