ll Informe sustentado en la política

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JORGE FCO. CABRAL BRAVO

 

Seguramente hubo algunos brotes de celos y envidias de muchos ex presidentes y gobernantes cuando escucharon el discurso de presidente Enrique Peña Nieto. Por más que sus críticos quieran cuestionar el impacto que tendrán las 11 reformas constitucionales, o si es una cortina de humo cambiar el nombre del programa de Oportunidades a Prospera, o si es un error construir el nuevo aeropuerto en la zona contigua, etc., pero es importante señalar que este segundo informe presidencial no sólo iba cargado de buenas intenciones, sino contenía hechos y resultados. Hay información de que algunos delitos se han reducido y hay indicios de que la economía se está recuperando.
La corrupción es una gangrena a la economía.
Un reporte del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado establece que el costo de ella asciende cuando menos a 1.5 billones de pesos, que equivale a 10% del Producto Interno Bruto, similar al gasto administrativo del gobierno federal en el 2012.
En una entrevista reciente con un grupo de periodistas, el presidente Peña Nieto dijo que era lamentable que la corrupción fuera un fenómeno cultural en México. Su afirmación fue criticada porque parecía una claudicación. Una vez más conceptualmente no es así.
Desde el periodo de transición se propuso crear una fiscalía anticorrupción y envió una iniciativa con recursos de fuerza al Senado. Hoy es su oportunidad. Su iniciativa, sin dientes, se encuentra en el Congreso, y frente a la creciente percepción de corrupción en su gobierno, esta debe ser su irreversible cruzada. Si no lo hace, la putrefacción va a infectar su administración reformista, pero si la combate intransigentemente, tendrá un gran logro, para su tercer informe cuando los beneficios de la reforma aún no alcancen a permear para llegar al Dorado económico prometido.
El actual gobierno se aprecia de contar entre sus filas a algunos de los más afinados operadores políticos. El secretario de Gobernación y el de Hacienda son reconocidos por sus habilidades como concertadores y constructores de acuerdos y consensos.
Ante las limitaciones del programa Oportunidades, el ejecutivo federal anunció la creación del Programa Prospera, mediante el cual se buscará integrar a las personas en condición de pobreza a la vida productiva.
Se anuncia que Prospera irá más allá porque a pesar de que este año se invertirán 73 mil millones de pesos en Oportunidades, la proporción de mexicanos en pobreza es prácticamente la misma que hace 3 décadas.
Progresa se ampliará a becas para estudios técnicos y universitarios y ofrecerá acceso a educación financiera, ahorro, seguros y crédito y acceso prioritario a 15 programas productivos.
El enfoque parece adecuado pues hay que pasar de dar a impulsar.
Pero el impulso tiene que ir acompañado de un entorno con espacios de desarrollo, es decir, la economía debe crecer.
El Coneval y Unicef, sostiene que entre las causas de la pobreza existe una total: la falta de empleos dignos para los jefes de familia y el estancamiento de la economía.
En esos estamos, creo. Pero no basta la voluntad sino el acierto, si la política fiscal sigue experimentando a la misma base tributaria; si el gobierno quiere más recursos para dar, en lugar de alentar la creación de empleos y el crecimiento de las empresas de todos tamaños; si la corrupción continua llevándose 10 puntos porcentuales del PIB, si se sigue consumiendo el erario en moches y tajadas, difícilmente vamos a lograr acercarnos al crecimiento necesario.
Los logros políticos y legislativos en materia educativa son notables. Destaca en primerísimo término la recuperación por parte del estado del control sobre las plazas docentes; pieza central del viejo arreglo político-institucional en el ámbito educativo. Subrayo este tema por su importancia capital en términos tanto políticos como educativos. Desmantelar el control del SNTE cedido a lo largo de muchos y muy distintos gobiernos sobre las plazas docentes no era fácil.
Un segundo avance importante y relacionado con el anterior tiene que ver con el establecimiento de reglas claras y generales, basadas en el mérito y desempeño, para determinar el ingreso y promoción a la promoción docente.
El tercer logro a resaltar tiene que ver con la re-centralización de la nómina magisterial. Si bien polémico este cambio tiene a mi juicio, muchos elementos positivos, pues genera las condiciones para empezar a ordenar los dineros de la educación.
Un último avance muy significativo es el relativo a la información y transparencia.
El censo de Escuelas, Maestros y Alumnos levantado el año pasado, nos permitió contar, por primera vez, con cifras precisas sobre aspectos fundamentales del sistema educativo.
Muchos avances sí, pero también muchísimos pendientes y un camino largo por andar. Destaca al respecto, la necesidad de volver funcional la coordinación federación-estados, así como la de invertir enserio y con brújula en capacitación de docentes y directores escolares.