Por Edgar Hernández
Nunca será tarde para resarcir compromisos de carácter social.
En estas épocas de tribulaciones financieras; en momentos en que quienes reciben aguinaldo aspiran a que les alcance para todo, cuando peligrosamente asoma la cuesta de enero, como una verdadera bocanada de oxígeno cae la cancelación del pago de la tenencia vehicular.
Al regresar a la desacostumbrada conferencia de prensa del gobernador Javier Duarte de Ochoa de los lunes, que no fue para anunciar los esperados cambios de funcionarios en su gabinete, se dio cuenta de una buena noticia para más de dos millones de veracruzanos, que a partir del año entrante, desaparece el pago de tenencia vehicular.
Hubo que esperar casi cinco años antes de que se tomara tal determinación. Había sido un compromiso asumido por el entonces candidato Javier Duarte en campaña y como no hay deuda que no se pague pues ahí está la buena nueva.
Se da en el marco de un cierre anual fuerte, aunque cuestionado: los centroamericanos, la cumbre, la propuesta de dos años y la revisión severa que se hace desde el centro de poder y conflicto, el DF, de las deudas públicas de las entidades de la república en donde Veracruz ocupa un lugar predominante.
Y no es para menos.
El no barrer para atrás ha costado decenas de miles de millones de pesos; el atender, hasta la fecha, compromisos financieros heredados, ha sido todo un tema, y el seguir pidiendo prestado más para despivotar la presión económica, política y social, así como para atender los bomberazos han sido una fatalidad en la imposición de un orden presupuestal.
Queda acaso pendiente en este agónico 2014 el relevo de funcionarios que migrarán en busca del sueño legislativo y nos vamos por el 2015.
Nuevos retos, nuevas propuestas, la meta de llevarse el carro electoral a la causa priista y los mismos enemigos que en el gobierno se les llama orondamente adversarios.
La lucha por combatir la de dos de parte de la familia Yunes, el empeño de la oposición por ganar espacios electorales federales y el definir, hacía el último tercio del 2015, quien será el abanderado priista por la gubernatura, arrebatará el más importante de los quehaceres de la cosa pública.
Por lo pronto hoy se da a millones de usuarios de automotores veracruzanos una nota de alivio. No más tenencia. Se borran de un plumazo 46 años de un tributo inventado quesque para pagar la organización de los juegos olímpicos de 1968.
Hay notas que, sin duda, son buenas y así hay que tomarlas. Ya mañana seguirá el disenso.
Tiempo al tiempo.