La mansión del Obispo pasó por Marcelo Montiel

0
468

•En Coatzacoalcos, a unos pasitos del malecón, Montiel Montiel tenía una residencia valuada en unos 10 millones de pesos, adquirida con sus ahorros cuando fuera alcalde por vez primera 

•Ahora pertenece al ministro de Dios, Rutilo Muñoz Zamora 

•Unos dicen que se la obsequió y otros que se la vendió, igual que “La gaviota”… en abonitos… 

 

 

LUIS_VELAZQUEZA unos pasitos del malecón del paseo, en Coatzacoalcos, a unos cuantos metros de la subdelegación de la PGR sobre la avenida Lázaro Cárdenas, número 113, colonia Centro, hay una casita. Mejor dicho, una mansión.

Desde afuera sólo se mira y admira una pared alta, gigantesca, color café marrón, y la puerta del estacionamiento, que siempre está cerrada, y la puerta/portón de acceso al búnker.

Desde adentro, unas palmeras dan a la calle, se levantan, revolotean cuando hay norte y se hermanan con las hojas de los árboles de la calle que también se agitan cuando desde el Golfo de México llegan los vientos.

Es la primera residencia que Marcelo Montiel Montiel compró con sus ahorritos cuando fuera presidente municipal del pueblo, luego de su paso por el DIF como director, llegado ahí desde la ciudad de México donde chambeaba en una delegación, tiempo aquel cuando Roberto Madrazo Pintado vivía su reinado a plenitud.

Desde entonces, han caminado muchos inviernos y primaveras. Otra vez alcalde, diputado local, secretario de Desarrollo Social, y ahora, el ideólogo de Prospera en Veracruz, dada su experiencia con el programa Adiós a la pobreza que convirtió a los indígenas de Mixtla de Altamirano, en la sierra de Zongolica, en gente de clase media.

Pero Montiel, apodado “La chica esmeralda” dada su debilidad por las camisas de seda color verde esmeralda, fino, refinadito que compró un rancho en Curitiba, la ciudad más cosmopolita de Brasil, donde liderea la pluralidad biológica, soñador y ambicioso, ahora ha de tener una residencia más fastuosa, porque su casita a unos pasitos del malecón la obsequió, lo que resultaría excepcional, y/o la vendió.

Y más porque a precio actual la mansión cuesta, digamos de forma conservadora, unos diez millones de pesos.

Ahora, el dueño se llama Rutilo Muñoz Zamora. Y su cargo es el siguiente: obispo de Coatzacoalcos, el único, por cierto, de los seis de Veracruz y el arzobispo que ha recibido en catedral al sacerdote irreverente José Alejandro Solalinde Guerra, director del albergue “Hermanos en el camino” y a sus migrantes de América Central.

En el pueblo (voz populi, voz Dei, voz brutus), unos dicen que Montiel se la regaló al obispo, quizá, acaso, porque de niño soñó con ser ministro de Dios.

Otros, claro, aseguran que si vale 10 millones de pesos, resultaría inverosímil creer en la posibilidad, aun cuando significaría que las limosnas son generosas.

Pero, bueno, en la paz y en la guerra todo es posible.

Por lo pronto, regalo o venta, Montiel está súper amarrado para seguir ganando elecciones por encima de sus adversarios y enemigos, como por ejemplo Iván Hillman Chapoy, Marcos Theurel Cotero y hasta el mismo Carlos Brito Gómez, uno de los asesores de Javier Duarte, al que arrebató el trono caciquil.

Apenas el año anterior impuso a su cuaderno de doble raya Joaquín Caballero Rosiñol de presidente municipal, de igual manera como en otro tiempo impuso a Marcos Theurel, su examigo y exsocio.

Ahora, y luego de haber perdido la diputación local, está listo para la candidatura a diputado federal.

Pero, además, amarrado de cara al futuro que viene, pues se ha declarado fan del senador Pepe Yunes Zorrilla, su compañero con Juan René Chiunti, Marina Garay y Nicolás Callejas, entre otros, en la LX Legislatura.

MARIDAJE IGLESIA Y POLÍTICOS 

“Pueblo chico, infierno grande” dice el cronista, en Coatza (así llaman de cariño al pueblo) también corre la versión de que la presidenta del DIF estatal, doctora Karime Macías, aspira a la candidatura a la curul federal.

La familia, se afirma, rechaza la versión. Incluso, según el vocero Alberto Silva Ramos cuando al gobernador le tocaron el asunto dijo que se trataba “de una reverenda pendejada”.

También el cacique de Las Choapas, Renato Tronco, exalcalde, anda con las neuronas revolcadas. Incluso, hasta organizó un bloqueo en la autopista para reclamar obra pública y seguridad, sobre todo, seguridad, el talón de Aquiles del secretario Arturo Bermúdez.

Versiones que caminan, Montiel Montiel tiene la bendición del gobierno de Veracruz, también, claro, de sus relaciones en el altiplano y, por supuesto, la bendición del obispo para brincar al Congreso de la Unión.

Y más porque ningún otro expresidente municipal invierte tanto en política como él, a tal grado que desde la primera alcaldía conformó una estructura de cuadros locales, cuya lealtad ha mantenido, de seguro, con el principio marxista/leninista que “en política lo que se compra con billete… sale barato”.

Ha recibido, pues, del Ayuntamiento: su mansión. Su rancho en Curitiba. Su rancho próspero a la altura de “El armadillo”. Su periódico Notisur y su estación televisora, TV Olmeca. De lo que la fama pública difunde y cacarea.

Pero también ha repartido las mieles del poder.

Y se ha dado vida, hedonista como es.

Ahora, se ha vuelto invencible, mostrando el puño con el maridaje por conveniencia de la política con la iglesia, de los políticos con los ministros de Dios.

¡Bendito sea el Señor que derrama su gracia sobre los prelados!

¡Vivan con humildad predica Francisco desde Roma!