Entre el miedo y el hartazgo social
La inseguridad es uno de los problemas sociales más difíciles que enfrenta la Apenas Veracruzana. La población se siente engañada, abandonada e incluso humillada por las autoridades y por las corporaciones policiales que en poco han ayudado a solucionarlo.
Actualmente, las personas han hecho valer la justicia por su propia mano y han mostrado su desconfianza hacia la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), a cargo de Bermúdez Zurita, quien –se ha escuchado entre los mismos priistas- llegó a la dependencia luego de chantajear al gobernador del Estado, Javier Duarte de Ochoa, y hacerle ver que su equipo lo ponía en una situación de riesgo y de peligro.
El problema se ha agudizado y las políticas públicas en la materia han sido reprobadas por académicos y especialistas, no sólo del estado y de la República Mexicana sino de otros países, donde la ola de violencia había alcanzado los lugares menos pensados, por ejemplo, Colombia.
Sin hacer una comparación directa con aquel país centroamericano, en esta ciudad la inseguridad ha sobrepasado límites.
El caso más reciente suscitado en la Apenas Veracruzana se registró el pasado miércoles en la colonia Progreso, una de las más peligrosas de la ciudad, según las mismas autoridades del ayuntamiento y la SSP.
Una menor de la escuela primaria “Justo Sierra” fue víctima de un secuestro casi exprés, cuando ingresaba a sus respectivas clases, después de las 8 horas. Los agresores se pasearon como en su casa afuera de la instancia educativa, observaron el movimiento de padres de familias y estudiantes, y -cuando consideraron el momento oportuno- arrebataron a la menor de los brazos de su abuela.
Los demás padres se percataron del hecho y con lo que tenían al alcance, madrearon a Iván Castillo Saenz, de 24 años y originario del Estado de Oaxaca, quien jaloneó a la menor y la privó de su libertad. Una vez más, estás acciones dejan en evidencia la ineptitud de las autoridades.
Ni una sola patrulla recorrió las calles Aguascalientes y Jalisco –donde se encuentra la escuela-, los padres y vecinos de la “Progreso” mostraron más capacidad para arrestar, someter al delincuente y esperar a que la policía y el procurador general de Justicia del Estado, Luis Ángel Bravo Contreras, acudiera al lugar y diera una solución pronta y expedita al caso, situación que no ocurrió
Se habla de un conflicto familiar. Los padres se encuentran en un litigio por el divorcio y la patria potestad de la menor. Según testigos, la madre se encontraba en el asiento trasero del vehículo donde ingresaron a la fuerza a la menor y el detenido confesó haber emprendido el secuestro para ayudarla a quedarse con la niña.
Se activó la alerta ámber, misma que fue desactivada después de las 10 horas, debido a que la menor fue encontrada.
Lo importante aquí es que las condiciones de inseguridad permiten que cualquier sujeto secuestre a un estudiante sin que la policía le diga algo o haga el intento por detenerlo.
En la colonia Progreso se registran robos, asaltos y secuestros desde hace dos años y, por lo visto, el problema continuará de esa manera porque a nadie le interesa atenderlo. Las autoridades no hacen frente a la problemática, sólo tratan de evadirla y ocultarla al pueblo para no evidenciar su precario desempeño y sus deficiencias.
Elementos de la Fuerza Civil, misma que entró en funciones y es presumida en espectaculares como la segunda corporación más equipada del país, acudieron cuando el levantón se había consumado. De acuerdo con los vecinos jamás han realizado rondines en la colonia Progreso.
Una zona catalogada como de peligro, donde los asaltos y los robos a casa-habitación son el pan de cada día y los elementos “perfectamente” entrenados por la Secretaría de Marina-Armada de México y el Ejército Mexicano “ni sus luces”.
El problema crece y los personajes de la política local aseguran que ocurre todo lo contrario. Por sólo mencionar un caso, el alcalde Américo Zúñiga Martínez, considera que la SSP hace bien su trabajo, que se labora de manera coordinada con el ayuntamiento y que ha sido innecesario hacer un “llamado extra” para que se refuercen las medidas de seguridad en las escuelas.
El discurso vago y vacío de un político joven que ya no es “tan querido” por el pueblo, pues ahora es considerado, por algunas personas, un peor presidente municipal que la exalcaldesa de Xalapa, Elizabeth Morales García, quien sin preocupaciones –hasta el momento- lleva las riendas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el estado.
Mientras los políticos locales se preocupan más por su imagen y la fotografía en cada obra que inauguran, la violencia, la inseguridad y el hartazgo de la gente se agravan.
Durante este año, se conformaron grupos de vecinos organizados para hacer frente a la delincuencia en sus colonias. Colocaron mantas en las esquinas para advertir a los maleantes que serían capaces de lo que fuese si eran sorprendidos, cometiendo un ilícito.
Esta situación se presentó en la colonia El Olmo, ubicada por las Trancas; en Lomas Verdes y Las Fuentes, ambas cerca de Arco Sur; y en el mismo Centro Histórico de la Apenas Veracruzana, por citar algunos casos.
Las autoridades, tanto estatales como municipales, juran que se trabaja de manera coordinada con los vecinos para combatir el problema; sin embargo, a cuatro años de la administración del gobernador priista Javier Duarte y a un año del alcalde Américo Zúñiga, no ha habido resultados favorables en la materia.
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