Itatí Cantoral enfrenta su primer monólogo en «Juicio a una zorra», una obra que resignifica a Helena de Troya desde su propia voz.
Por primera vez en su carrera, Itatí Cantoral se enfrenta a un monólogo, y no a uno cualquiera. Se trata de «Juicio a una zorra«, una obra escrita por Miguel del Arco que recupera la voz de Helena de Troya, figura clásica eternamente juzgada, silenciada y reducida a objeto narrativo masculino.
En esta puesta en escena dirigida por Alonso Íñiguez, Itatí se transforma en la protagonista de su propia historia, en un monólogo que exige rigor intelectual, entrega emocional y un cuerpo dispuesto a habitar todas las contradicciones de un personaje milenario.
“Quise hacerlo porque nunca había hecho un monólogo. Sabía que implicaba muchos retos, muchas capas de dificultad. Además, volver a trabajar con Alonso era algo que deseaba mucho”, confiesa la actriz.
El montaje se presenta en La Teatrería, un espacio que Itatí considera «entrañable, cercano, hecho con amor y con un rigor artístico que se nota en cada propuesta«. Esa cercanía con el público, física y simbólica, ha sido clave para sumergirse en un personaje que no busca simpatía, sino comprensión.
Itatí Cantoral da vida a Helena en un poderoso monólogo sobre la voz femenina
Helena, considerada por siglos la responsable de la guerra de Troya, es aquí una mujer que toma la palabra por primera vez.
«Esta es la primera vez que la escuchamos hablar desde su propia voz, no desde lo que los hombres contaron de ella. Es poderosísimo», afirma Cantoral.
Para lograrlo, se sumergió en una revisión profunda de los mitos griegos, en especial aquellos que, por siglos, moldearon la figura de Helena como traidora, adúltera o feémme fatale.
“Cuando estudias con más detalle la historia, descubres que muchas de esas versiones fueron escritas para justificar decisiones políticas, guerras o alianzas. Helena no desató una guerra: fue la excusa perfecta para que los poderosos hicieran lo que ya querían hacer”, apunta.
Para la actriz, la obra no solo resignifica el mito: lo hace en clave contemporánea, con referencias al juicio mediático que muchas mujeres siguen enfrentando hoy, sobre todo cuando su sexualidad, libertad o capacidad de elección incomodan al poder establecido.“El director incorporó estadísticas actuales. Fue inevitable ver los paralelismos con lo que pasa hoy. Me sentí profundamente identificada con ese espíritu de rebeldía. Como mujer, como madre, como artista. Me importa seguir hablando, seguir discutiendo, y esta obra es también una manera de no quedarme callada”, dice.
En «Juicio a una zorra«, la escenografía propone un limbo abstracto donde Helena repite eternamente la versión impuesta sobre su historia.
Es allí donde exige su juicio simbólico, donde pide contar su verdad para liberarse. El texto, poderoso y rítmico, marca el tempo emocional de cada escena, guiando tanto al público como a la actriz entre el dolor, la ironía, la pasión y la nostalgia.
“Desde la primera línea ya se siente la fuerza del personaje. Es un texto que no puedes decir a medias. Todo en él te atraviesa”, comparte Cantoral.
Itatí Cantoral era la actriz adecuada para interpretar a Helena: Alonso Íñiguez
El director Alonso Íñiguez tuvo claro desde el inicio que Itatí era la actriz adecuada.
“Necesitábamos una mujer con una presencia escénica arrolladora, que pudiera dominar al público y al mismo tiempo ser vulnerable. Ella tiene ese fuego interno, esa capacidad de sostener la escena sola, de entrar en el personaje y salir transformada cada función”, asegura.
El trabajo de preparación fue extenso: investigación de mitos, trabajo de mesa, comprensión del entramado familiar de la mitología griega y una posterior exploración emocional.
“Primero entendimos el mito, sus personajes, la genealogía. Luego vinieron los ensayos emocionales. Fue un proceso muy delicado de equilibrio entre mente y cuerpo”, detalla Íñiguez.
Para Cantoral, uno de los mayores retos fue sostener la atención emocional del texto sin dejarse arrastrar por él. “Hay momentos muy intensos. Me exige una concentración absoluta. Cada función es un acto de entrega, de cuerpo y mente. Es una experiencia sensorial que me cambia cada vez que la atravieso”, reconoce.
¿Qué le diría Itatí Cantoral al público que sigue viendo a Helena como una femme fatale o una traidora?
“Que se den la oportunidad de escucharla. De escuchar a las mujeres a las que la historia ha condenado sin preguntarles. El teatro tiene esa fuerza: nos hace más humanos, nos confronta con nuestra necesidad de juzgar. Esta obra abre ese canal de comunicación con el otro”.
«Juicio a una zorra» se presenta en La Teatrería
En una época de polarización y discursos rápidos, «Juicio a una zorra» propone una pausa. Una invitación a escuchar, a comprender desde la empatía. A resignificar a una figura que, como tantas mujeres en la historia, fue reducida a una caricatura. “Es tiempo de hablar sin miedo, de decir las cosas como son. No estamos para callar. Al menos yo ya no”, afirma Cantoral, contundente.
La obra se presenta en La Teatrería, Ciudad de México, a partir del 11 de julio, en una temporada de ocho semanas con funciones viernes, sábado y domingo. El juicio está servido. Y esta vez, Helena tiene la palabra.
*excelsior