Jornet y Göttler o el valor de saber renunciar al Everest

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Saber decir no es un plus y mucho más en el Himalaya, donde cualquier imprevisto puede suponer despedirse del reto fijado y, lo que es peor, de este mundo. Darse media vuelta cuando toca evidencia también madurez, sustantivo que no necesariamente demuestran quienes tienen una cierta edad. Kilian Jornet y David Göttler renunciaron el domingo a seguir adelante en su incursión en el Everest cuando al llegar al collado sur, a cerca de 8.000 metros, vieron que sus cuerpos no estaban al máximo de sus capacidades. El atleta de la Cerdanya ha rubricado esta mañana, a través de sus redes sociales, la versión que ofreció ayer su compañero sobre los motivos que les llevaron a abandonar su último proyecto en el Everest.

Podríamos echarle la culpa al fuerte viento pero fueron nuestros cuerpos los que dijeron que ese día los márgenes de seguridad eran escasos

 «Podríamos echarle la culpa al fuerte viento (era intenso en el collado sur) pero fueron nuestros cuerpos los que dijeron que ese día los márgenes de seguridad eran escasos. Fue fácil decidir dar la vuelta. No es razonable seguir escalando el Everest con el estilo que queremos si no te sientes al 100%. Aunque estemos decepcionados no nos arrepentimos de empezar el descenso hacia el campamento base», ha escrito Jornet

Göttler ya subrayó ayer que «es importante escuchar a tu cuerpo, es una pieza más de este difícil puzle». «Ambos experimentamos la misma sensación, no nos sentíamos bien ni fuertes», detalla Jornet. 

El proyecto inicial descartado

Un último intento por la ruta clásica 

El alpinista alemán salió de noche del campo dos y Jornet del campamento base para abordar un ascenso por la ruta clásica nepalí aprovechando una ventana de buen tiempo, tras varias jornadas con fuertes vientos y dos ciclones.Aunque nunca concretaron sus planes exactos en el techo del mundo, fuentes próximas apuntaron que a priori las posibilidades que barajaban eran ascender por la arista oeste y enlazar con el Lhotse. Pero apuntan que las malas condiciones meteorológicasy los pocos días que les quedaban les llevaron a intentar un ascenso rápido por las vertiente normal, la que cada primavera utilizan centenares de personas. 

Goettler sigue explicando que fue fácil tomar la decisión de parar, de no seguir adelante en tales condiciones, y se congratula de que ambos supieran muy bien cómo deben hacerse las cosas a 8.000 metros. «Hubiera sido una locura continuar escalando a mayor altitud», afirma el alpinista alemán subrayando que no está ni mucho menos arrepentido de la decisión tomada.

*LA JORNADA