Comerciantes, turistas y vecinos de la zona fueron fuertemente afectados debido a que las obras ya estaban avanzadas
La zona de San Juan Teotihuacán es una de las más turísticas en el centro del país, con un promedio 116 mil 353 visitantes tan solo en el pasado mes de octubre, motivo por el cual constantemente se encuentra en mantenimiento. No obstante, durante los trabajos de remodelación más recientes el INAH intervino debido a que varias obras violentaban las leyes de protección.
En ese sentido, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) decidió suspender, de manera provisional, el embellecimiento que inició el gobierno del municipio, justo frente al Palacio Municipal y el jardín emblemático de la zona.
Las primeras acciones se efectuaron en la calle Juárez, en donde la presidencia local inició la edificación de unos portales con el objetivo de ‘unificar’ la imagen que proyecta el primer cuadrangular del nombrado Pueblo Mágico.
¿Qué sucedió?
Pese a que las acciones buscaban mejorar la imagen del pueblo que alberga las icónicas pirámides del Sol y la Luna, al lugar se hicieron presentes inspectores del Instituto quienes constataron que no había los permisos requeridos para poder llevar a cabo este embellecimiento.
Ante ello, y con fundamentos en la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticas e Históricas, además de su propio reglamento, procedieron a colocar los sellos de suspensión correspondientes para evitar que siguieran las labores.
Lo anterior se debe a que San Juan Teotihuacán se encuentra adherido a las zonas que se están protegidas por el INAH ya que alberga parte importante de la historia de México motivo por el cual se requieren permisos especiales para poder modificarlo, mismos que no obtuvo el municipio.
Una decisión que afecta a decenas de familias
Aunque la institución argumenta que se trata de una acción que protege patrimonio nacional, comerciantes que laboran en las áreas designadas han presentado sus quejas ante la suspensión de los trabajos ya que consideran que también los afecta al dejar las obras a medias generando una imagen poco atractiva para el turismo.
En los últimos años, se han construido cientos de viviendas en los polígonos B y C de la Zona Arqueológica de Teotihuacán (ZAT), áreas que están legalmente catalogadas como de uso restringido para cualquier tipo de obra debido a la presencia de vestigios prehispánicos. Estas construcciones no autorizadas han generado un daño significativo al patrimonio cultural del país, además de facilitar el saqueo de piezas arqueológicas, que en muchos casos terminan siendo vendidas ilegalmente en el mercado negro.
Además, pese a que no existen permisos para edificar en estas zonas, ubicadas cerca de la segunda área arqueológica más visitada del mundo (después de las pirámides de Egipto), algunos residentes han continuado levantando construcciones dentro de sus propiedades. Esto ocurre a pesar de un decreto presidencial de 1988 que prohíbe cualquier edificación en estas áreas protegidas debido a la alta probabilidad de encontrar restos arqueológicos en el subsuelo.
Para evadir las restricciones, algunas personas han optado por construir en horarios en los que el personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) no puede supervisar las actividades, como fines de semana o fuera del horario laboral. Además, la corrupción ha jugado un papel importante: en varios casos, vecinos han admitido haber pagado para evitar las inspecciones, facilitando así que las construcciones ilegales sigan adelante. Geraldo Rosas Silva, excomisariado ejidal de Purificación, Teotihuacán, comentó al respecto: “La gente construye o en fines de semana, o en horarios donde el INAH no tiene la capacidad para supervisar, y en otros casos ha habido pagos para que no verifiquen lo que está ocurriendo en los terrenos”.
*INFOBAE