Impuestos, una obligación moral para la Iglesia católica

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POR FADIA MORENO/EXCLUSIVA

 

 

Pagar impuestos e informar sus ingresos ante el Servicio de Administración tributaria (SAT), no es un atentado contra Dios, no va en contra de los principios religiosos de los católicos, pues en el régimen de contribuyentes, la iglesia es una persona moral informó el vocero José Manuel Suazo Reyes.

Informó que la iglesia recibió un comunicado en el que a partir de enero tendrían que iniciar una contabilidad electrónica y no resulta ningún conflicto, porque como asociación religiosa, desde 1994 están en el registro de contribuyentes y cada año hacen su declaración correspondiente “no presenta una dificultad seguir informando por que se hace desde 1994”.

“Nosotros vemos esta reforma como una obligación moral que tenemos de informar lo que gastamos y recibimos”.

Ante las declaraciones del ministro de la iglesia presbiteriana de México, Jacob Hernández Huerta a un periódico local, que “quienes lo apoyen están poniendo en riesgo su integridad, pues como castigo divino podrían sufrir enfermedades incurables e incluso plagas como las que Dios envió a Egipto”, el vocero católico demarcó y dijo que ellos no están en contra y si están dispuestos a contribuir con el sistema.

Con un posición diametralmente opuesta, ante las creencias de la otra asociación religiosa, el vocero manifestó que “es respetable pero de entrada yo creo que no tiene fundamento, estamos en una reforma fiscal que el gobierno esta implementando, en caso de la iglesia es informar los recursos que recibe y en que los esta gastando”.

Agregó que un sacerdote gana alrededor de 5500 pesos mensuales y por ser una figura jurídica equiparable a las personas morales y “sin fines de lucro”, las contribuciones que reciben sus miembros a través de donaciones, limosnas y diezmos se notifican ante el SAT.

“No estamos en contra porque se ha emitido una resolución, vamos a recibir unos talleres informativos para saber en que consisten estas obligaciones me parece que esto es una obligación moral buena”.