Imparable contaminación del río Sordo: Inecol

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Administraciones municipales viene y se van y la contaminación del río Sordo es cada vez mayor. Una de las causas más importante es la descarga de aguas negras a su cauce, lo que provoca montañas de espuma y olores fétidos. Las gestiones que se han hecho para su rescate no tienen seguimiento entre las autoridades por lo que la solución al problema se ve muy lejana

 

POR DAVID ARCOS

 

El secretario técnico del Instituto de Ecología A. C. (Inecol), Orlik Gómez García, denunció que el río Sordo presenta altos índices de contaminación desde hace décadas, pese a que existen las normas que prohíben las descargas de drenajes; sin embargo, éstas no son respetadas y aplicadas por las autoridades.

“El río Sordo es un límite natural de la ciudad de Xalapa, el Inecol lleva a cabo investigación, para gestionar más recursos, aquí hay un problema muy serio, históricamente no se ha regulado la descarga de agua, está plasmado en el papel, pero en la práctica es muy diferente”, añadió.

En entrevista realizada en un restaurante de la ciudad, destacó que se han realizado recorridos en la zona con autoridades municipales, pero éstas se niegan a atender el problema.

“Este río es uno de los más contaminados, cualquiera que esté alrededor de Xalapa recibe descargas (de aguas negras), legal o ilegalmente conectadas, pero recibe descargas”, expresó.

Gómez García indicó que los periodos de las administraciones municipales son cortos –aunque se hayan incrementado de tres a cuatro años— toda vez que se logran avances, pero cuando son los cambios estos se ignoran y quedan en el olvido.

“Hicimos un recorrido con autoridades de CMAS (en la pasada administración municipal), vimos una nube de espuma espantosa y un olor horrible, a raíz de eso decidieron empezar a gestionar un nuevo colector de aguas negras para no descargarlas al río”, comentó.

Las gestiones fracasaron por el cambio administrativo y la contaminación en el afluente se ha incrementado con el paso de los años, principalmente por el crecimiento urbano desmedido en la zona oeste de la capital veracruzana.

Lo anterior podría ocasionar la muerte de la flora y fauna que se encuentran cerca del río Sordo y dañar de manera grave a otras poblaciones que utilizan el agua para su abastecimiento.

“Un río así no puede estar vivo y empezamos con la cadenita, qué van a comer las aves, qué va a pasar con las plantas que crecen alrededor, qué va a pasar con las personas que se sirven de esas aguas, aguas abajo, kilómetros abajo, donde todavía podría haber peces va a dejar de haberlos. No es un río que esté sano”, culminó.