El precio de la gasolina llegaría a 29 o 30 pesos; alimentos y medicinas se encarecerían ante una eventual alza del dólar a 21 pesos, por causa de la guerra
El precio de productos insustituibles como la gasolina, gas, alimentos y medicinas será más caro en las próximas semanas, debido a la amenaza de una Tercera Guerra Mundial, alertaron economistas consultados por un medio nacional.
Advirtieron que un conflicto bélico mundial, desatado por la nueva escalada bélica entre Ucrania y Rusia del fin de semana pasado, es un riesgo latente que afecta al comercio, inversiones, precio dólar y el costo de las materias primas.
El especialista en Economía y Finanzas de la Escuela Bancaria y Comercial (EBC), Ramón Martínez, explicó que la amenaza de una nueva guerra mundial tiene un efecto directo en el precio de los combustibles.
Señaló que, en tal escenario, el costo de la gasolina y el diésel en México puede escalar a 29 o 30 pesos por litro, mientras que el gas fácilmente se mantendrá por arriba de 11 pesos por litro, cuando hace 12 meses estaba en 8.50 pesos.
Ello, debido a la incertidumbre que causa dicha amenaza bélica sobre la demanda y abasto del petróleo y la dependencia hacia la importación de gasolina, que ya ronda 90% del combustible que se consume en México.
Así como por alza paulatina del precio del dólar que, junto con el oro, se convierte en un refugio para los inversionistas y en una causa de depreciación –o pérdida de valor– para el peso mexicano, que puede llevar al tipo de cambio a 21 o 22 pesos por billete verde.
“Hay países como Finlandia, que ya empezaron a dar instrucciones a su población sobre qué hacer y cómo reaccionar ante una posible guerra global y, esto, genera incertidumbre. Lo que buscan, generalmente, los inversionistas y empresas es tomar decisiones de precaución ante estos conflictos.
“Entonces, el primer impacto que está en el petróleo y combustibles, en la cotización de las monedas y productos financieros de refugio, como el oro, que buscan los inversionistas para proteger sus activos y mover su capital hacia entornos menos vulnerables y de menor riesgo”, apuntó.
Materias primas y armamento
Ramón Martínez indicó que, a la par de la amenaza de una Tercera Guerra Mundial, el precio de las materias primas como el acero, cobre, hierro, carbón y uranio también resiente un impacto importante en el coto plazo.
Refirió que, si el costo acero sube –por una mayor demanda en la industria de armas–, “también sube” para los fabricantes autos, vigas para edificios, electrodomésticos y hasta utensilios de cocina, cuya cotización final también se encarece.
Apuntó que, en la medida en que se prologue la guerra entre Rusia y Ucrania y países como Estados Unidos mantengan su apoyo armamentístico a este último país, las empresas registrarán mayores costos de producción e irremediablemente tendrán que trasladar ese impacto al consumidor final.
Destacó que, el efecto combinado del encarecimiento de las materias primas y la eventual alza del precio del dólar, pueden generar mayores niveles de inflación y, con ello, un nuevo descalabro al poder de compra de las familias, que cayó más de 20% en el último año.
“Todo esto lo vamos a ver durante diciembre y al arranque de 2025. Estimo que al cierre de este año y en las primeras semanas del próximo veremos los impactos, los cuales llegarán en la época de mayor consumo por las fiestas decembrinas, incrementando el riesgo de mayor inflación”, dijo.
Guerra encarece alimentos y medicinas
El investigador de la Facultad de Negocios de la Universidad La Salle, Carlos Alberto Bautista, advirtió que el precio de los alimentos, medicinas, electrónicos y equipos de cómputo también sufrirá afectaciones por la amenaza de una Tercera Guerra Mundial.
Ello, debido al encarecimiento del dólar, el aumento en las importaciones de granos básicos, frutas, verduras, leche, huevo, carne y pescados, cuyo costo está tasado en dólares y que, en casos extremos, llegan a representar hasta 80% del consumo nacional, como sucede con el maíz y frijol.
“El aumento en el precio de los alimentos, por la escalada en la guerra entre Rusia y Ucrania, también se debe a un fenómeno muy especial: a que México produce muchos alimentos, pero prefiere exportarlos, que venderlos en el mercado interno”, para ganar más dólares.
“Esto provoca una menor disponibilidad de productos en el mercado interno, que deja a los alimentos bajo el efecto del tipo de cambio y su encarecimiento provocado por la amenaza” de lo que, en las redes sociales, llaman la Tercera Guerra Mundial”, apuntó Carlos Alberto Bautista.
Refirió que, desde el triunfo electoral del Donald Trump, el tipo de cambio se mantiene por arriba de 20 pesos, cuando llego a estar en el rango de 18 pesos a mediados del año, pero –ahora con la nueva amenaza de guerra– todo lo que sea de origen importado, como alimentos y medicinas, será más caro.
“Este deslizamiento del tipo de cambio puede ser de uno o dos pesos, pero a la larga, empieza a afectar, sobre todo, el precio de las medicinas, automóviles, alimentos y todos los productos importados, sin importar de qué parte del mundo vengan”, apunó el investigador de la universidad La Salle.
México debe fijar postura ente la guerra
El investigador de la Facultad de Negocios de la Universidad La Salle señaló que es muy importante que el gobierno de México fije su postura frente a la nueva escalada bélica y el eventual inicio de una guerra mundial.
Señaló que es necesario que el nuevo gobierno establezca si mantendrá una postura neutral como se mantuvo en el sexenio pasado, o si adoptará una posición cercana a Estados Unidos, que estableció su apoyo armamentístico a Ucrania.
“Cuando fue la Segunda Guerra Mundial, México prácticamente era neutral, sin embargo, le vendía petróleo a Estados Unidos y los alemanes hundieron a dos barcos petroleros mexicanos, obligando a México a entrar a la guerra, a favor de los aliados.
“En ese mismo sentido, ahora México tendría repercusiones de tipo comercial si no apoya directamente a Estados Unidos y, aunque el presidente Joe Biden va de salida, Donald Trump ha mantenido una presión muy intensa en las últimas semanas y esto obligaría a México a definir qué va a hacer”.
Ello, dijo Carlos Alberto Bautista, porque el país puede enfrentarse a consecuencias de tipo comercial, que “nos pegarían en las exportaciones hacia el mercado estadounidense y eso afectaría nuestras ventas y, por lo tanto, el ingreso de los mexicanos”.
*PUBLIMETRO