Silvia Pinal, una de las figuras más icónicas del cine mexicano, dio un paso inusual para una artista de su generación al involucrarse en la política.
En la década de los años 80, dejó temporalmente los reflectores para representar al Partido Revolucionario Institucional (PRI) como diputada federal y, posteriormente, como senadora.
Inicios en la política
En 1982, Silvia Pinal contrajo matrimonio con Tulio Hernández Gómez, entonces gobernador del estado de Tlaxcala. Durante su gestión, Pinal asumió el rol de primera dama y presidió el Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), donde promovió programas sociales y culturales en beneficio de la comunidad tlaxcalteca.
Tras su experiencia en Tlaxcala, Pinal se afilió al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y fue electa diputada federal en dos ocasiones: de 1982 a 1985 y de 1991 a 1994.
Posteriormente, en 1988, obtuvo una curul en el Senado de la República. Durante su labor legislativa, impulsó leyes en materia turística, cinematográfica y cultural, destacando su participación en la Ley de Cinematografía para proteger los derechos de los intérpretes.
Participación en la Asamblea del Distrito Federal
Además de su labor en el Congreso de la Unión, Silvia Pinal fue integrante de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal, donde continuó promoviendo iniciativas culturales y artísticas, así como programas en favor de las mujeres y la ecología.
Reconocimientos y controversias
En 2000, enfrentó una orden de aprehensión por un presunto fraude relacionado con la Asociación de Productores de Teatro (Protea), lo que la llevó a autoexiliarse en Miami durante casi un año. Posteriormente, fue absuelta y regresó a México.
En 2011, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal le rindió un homenaje por su contribución a la cultura y la política del país.
La trayectoria de Silvia Pinal en la política mexicana refleja su compromiso con el desarrollo cultural y social del país, complementando su destacada carrera artística.
*EXCELSIOR