Las autoridades finlandesas incautaron el jueves un petrolero bajo la sospecha de que estaba implicado en el corte de cables submarinos vitales y dijeron que el barco podría haber formado parte de la “flota oculta” de Rusia, destinada a eludir las sanciones occidentales.
En un comunicado, la policía de Finlandia dijo que las autoridades habían abordado el petrolero Eagle S en aguas finlandesas. El barco, registrado en las Islas Cook, en el Pacífico Sur, navegaba de San Petersburgo, Rusia, a Port Said, Egipto, cuando fue detenido.
La policía dijo que estaba investigando si el barco estaba implicado en el último presunto acto de sabotaje de infraestructuras submarinas: el corte el miércoles del cable submarino Estlink 2, que transporta electricidad entre Finlandia y Estonia. Las autoridades finlandesas dijeron el jueves que otros cuatro cables que transportan datos también habían resultado dañados. La policía calificó los últimos cortes de cables de “vandalismo agravado”.
Las autoridades finlandesas dijeron que el petrolero podría formar parte de la flota oculta rusa, que surgió como forma de evadir los topes de precios impuestos por Occidente al petróleo ruso transportado por mar. Estos límites se introdujeron varios meses después de que el presidente ruso Vladimir Putin ordenara la invasión total de Ucrania en febrero de 2022.
Para eludir las restricciones, el Kremlin invirtió miles de millones de dólares en una flota de petroleros que, en su mayoría, no están identificados y no es fácil rastrearlos hasta Rusia. Muchos navegan bajo banderas de otras naciones, como el país centroafricano de Gabón, y venden a compradores de países como India y China, que no están sujetos al límite de precios.
El objetivo era en gran medida económico y en su mayor parte tuvo éxito. Desde la promulgación de la limitación del precio del petróleo, casi el 70 por ciento del petróleo ruso se transporta en los llamados petroleros ocultos, según un análisis publicado en octubre por el Instituto de la Escuela de Economía de Kiev, un laboratorio de ideas con sede en Ucrania.
Pero el uso de tales petroleros para sabotear intencionadamente la infraestructura europea sería una escalada inusual.
“Suponemos en este momento que el buque en cuestión es miembro de la flota oculta”, declaró en una conferencia de prensa el jefe de la agencia de aduanas de Finlandia, Sami Rakshit, sin dar más detalles.
El primer ministro de Finlandia, Petteri Orpo, dijo que, aunque no había pruebas directas que vincularan al Eagle S con Rusia, el incidente subrayaba la vulnerabilidad de los países bálticos ante posibles intromisiones de Moscú.
“Esto subraya el peligro de la flota oculta en el mar Báltico”, dijo Orpo en una conferencia de prensa en Helsinki, la capital de Finlandia.
“Nuestra principal tarea es encontrar medios eficaces para detener la flota oculta”, añadió Orpo. “La flota oculta bombea dinero al fondo de guerra de Rusia para que Rusia pueda seguir librando su guerra en Ucrania contra el pueblo de Ucrania, y hay que detenerla”.
Dijo que el gobierno finlandés no se había puesto en contacto con Rusia. Tras su incautación, el Eagle S quedó anclado en aguas finlandesas, mientras las autoridades finlandesas investigaban, en colaboración con las autoridades estonias.
La investigación se produce cuando en los últimos meses se han cortado otros cables submarinos, lo que hace temer una campaña encubierta contra las naciones de la OTAN que han apoyado a Ucrania frente a la invasión a gran escala de Moscú.
Mark Rutte, secretario general de la OTAN, dijo el jueves que había hablado con la primera ministra de Estonia, Kristen Michal, sobre el “posible sabotaje” de los cables submarinos.
La OTAN “se solidariza con los Aliados y condena cualquier ataque contra infraestructuras críticas”, escribió Rutte en las redes sociales, y añadió: “Estamos dispuestos a prestar más apoyo”.
Después de que una serie de explosiones submarinas destrozaran los gasoductos Nord Stream que unen Rusia con Europa Occidental en otoño de 2022, las agencias de inteligencia occidentales dijeron que las pruebas apuntaban hacia fuerzas proucranianas, aunque la cuestión de quién podría haberlas dirigido seguía siendo un misterio.
El mes pasado, dos cables de fibra óptica fueron cortados en el mar Báltico en lo que el ministro de Defensa alemán describió como un acto de sabotaje. Un cable conectaba Finlandia y Alemania; el otro discurría entre Lituania y Suecia, todos ellos países miembros de la alianza de la OTAN.
Se ha informado de la presencia de barcos rusos en los mares Báltico y del Norte, cerca de zonas donde hay infraestructuras críticas bajo el agua, y decenas de petroleros rusos han empezado a navegar con banderas diferentes.
El mes pasado, buques de la marina y guardacostas de países europeos rodearon y vigilaron un buque comercial chino en el mar Báltico, después de que se cortaran dos cables submarinos de fibra óptica.
Los investigadores de un grupo de trabajo que incluía a Finlandia, Suecia y Lituania intentaban determinar si la tripulación del barco había cortado intencionadamente los cables arrastrando el ancla del barco por el fondo del mar. Los servicios de inteligencia estadounidenses habían considerado que los cables no se habían cortado deliberadamente, aunque las autoridades europeas dijeron que no habían podido descartar la posibilidad de sabotaje.
Las autoridades de Finlandia dijeron que estaban investigando si las anclas del Eagle S habían cortado el cable.
Orpo dijo que los dirigentes finlandeses habían hablado de los cortes de cables con funcionarios de Estonia, Suecia, Noruega, Dinamarca, Polonia, la OTAN y la Comisión Europea.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, elogió la “rápida actuación” de Finlandia.
“El incidente de ayer en el mar Báltico pone de manifiesto las amenazas a las infraestructuras de la UE”, dijo en las redes sociales. “Juntos aumentaremos nuestra protección común de las infraestructuras críticas europeas, incluidos los cables submarinos”.
Michal, de Estonia, dijo que su gobierno se había coordinado con Finlandia para responder a los cortes de cables.
“Me alegro de que hayamos conseguido actuar con decisión y detener al buque sospechoso para seguir investigando”, escribió en X.
El corte del cable Estlink 2 causó pocos trastornos a Finlandia y Estonia. Una portavoz del Ministerio de Asuntos Económicos y Comunicaciones de Estonia dijo que no habría repercusiones para el público, según la emisora pública del país.
Sin embargo, los servicios de comunicación entre Helsinki y la ciudad alemana de Rostock se vieron afectados, según Cinia, empresa de comunicaciones digitales propietaria del cable. Dijo en un comunicado que las reparaciones del cable podrían llevar varias semanas.
*THE NEW YORK TIMES EN ESPAÑOL