Luis Velázquez
15 de enero de 2020
El chapito arremete. Bragado y peleador callejero, Joaquín Guzmán Avilés, presidente del CDE del PAN, actúa como el hombre fuerte de Tantoyuca. Mano dura, pero también, mano firme. Incluso, y si es necesario, desafiando a “los demonios que andan sueltos”.
Por ejemplo, el miércoles 8 de enero cacareó de nuevo su advertencia a los 8 diputados disidentes inconformes con su decisión de nombrar a Omar Miranda como el coordinador de la bancada azul en la LXV Legislatura en lugar del manchado Sergio Hernández, He Man.
Y les repitió la lección primaria como el profesor en el salón de clases. Clausulado único:
Se disciplinan y vuelven al redil, o de lo contrario, quedarán fuera de una candidatura a presidente municipal o diputado local o federal en el año 2022.
Y más, luego de que con la mano izquierda convenció al líder nacional, Marko Cortés, de un viajecito a Xalapa para leer la cartilla.
Y como el G8 (Monserrat Ortega, María de Jesús Martínez, María Graciela Hernández (la diputada Barbie entre las barbies), Sergio Hernández, Arturo Serna, Juan Manuel de Unanue, Judith Pineda y Marijose Gamboa Torales) sigue emberrinchado, entonces, solo quedarán la expulsión, y/o como dijera en la iglesia católica y apostólica, la excomunión.
La mayoría de ellos, dijo El chapito, sueñan con la candidatura a la presidencia municipal para ser jefes máximos y tener disponible un presupuesto.
Y más, mucho más, como en el caso de Veracruz que llega a los mil cuatrocientos millones de pesos anuales, y “a ojo de buen cubero” el diezmo, el simple diezmito, significa 140 millones para el ganador, el jefe máximo, el tlatoani, el gurú, el patrón, el alcalde, pues.
Así, y de entrada, en la percepción de Guzmán Avilés, su diputado delfín, Bingen Rementería, es mano para la candidatura a la alcaldía jarocha por encima, lejos, demasiado lejos, de Marijose Gamboa.
Y en Boca del Río, y de continuar tal cual, en la oposición berrinchuda, José Manuel de Unanue, quedaría relegado y en su lugar entraría, quizá, otra vez, Francisco Gutiérrez de Velasco.
O en un descuido, hasta la senadora Indira Rosales San Román, digamos, como una concesión de El Chapito a su ex amigo Miguel Ángel Yunes Linares.
El G8 reviró a Guzmán Avilés y le dijo que todavía falta mucho tiempo, cuando, caray, ninguna candidatura se construye de un día para otro como refiere el politólogo Carlos Ronzón Verónica.
LA FUERZA DE UN PANISTA
Tres veces Guzmán Avilés fue presidente municipal de Tantoyuca. Tres veces diputado. Una vez secretario de Desarrollo Agropecuario en la yunicidad, cuando, caray, merecía la secretaría General de Gobierno por tantos méritos, eficacia, institucionalidad y lealtad, por encima, lejos, años luz de distancia, del perredista Rogelio Franco Castán.
Uno de sus hermanos es alcalde en funciones. Y dos hermanos más, diputados federales.
Y él mismo, en sus orígenes, fue priista, pero cuando las elites rojas encaramadas en el poder le cerraron las puertas, entonces, se fue al PAN.
Y en el PAN, carrera política vertiginosa.
Es más, en el norte de Veracruz, es el único político con fortaleza real y objetiva, palpable, aun cuando el ex priista Ricardo García Guzmán, ex alcalde Pánuco y ex diputado local y ex Contralor lo quiso desbarrancar del corazón de Yunes Linares.
Solito, sin embargo, Guzmán Avilés conoció la cara desenmascarada del ex gobernador panista de dos años.
Y si Yunes es bragado, más, mucho más Guzmán Avilés. Y firme con sus amigos que también le corresponden.
Por eso, el G8 de los diputados disidentes están condenados al fracaso en su lucha contestataria, emberrinchados luego de que Pepe Mancha perdió la elección de presidente del CDE del PAN y más desencantados después de que Miguel Ángel Yunes Márquez perdiera la gubernatura de 6 años.
Y como decía Morris West, el novelista de “El arlequín”, un imperio y un emporio, cualquiera sea su naturaleza, se derrumba desde adentro.
Así, El chapito se mantiene inalterable en su decisión.
El G8 vuelve al redil, o de lo contrario, ninguno tendrá su candidatura a presidente municipal, con el riesgo, de ser expulsados.
Allá que se refugien en el PRI, MORENA o Movimiento Ciudadano.
O con Podemos, el nuevo partido político de Gonzalo Morgado Huesca y Francisco Garrido.
QUE EL G8 MANCHA AL PAN
Por lo pronto, la expulsión de los 8 está en la cancha del CEN del PAN.
Y Guzmán Avilés sigue insistiendo en prohibirles utilicen el logotipo del PAN, porque están manchando, ensuciando, enlodando el nombre del partido azul.
Lo importante es una sola realidad: El Chapito está firme. Y por ningún motivo cederá ni menos, mucho menos, pactará. Es Omar Miranda el coordinador de la bancada panista en el Congreso o es Omar Miranda.
Y más, cuando el presidente del CDE recibió demasiadas humillaciones en el bienio azul. Por ejemplo, enviado a la SADARPA de titular, y con el presupuesto achicado al mínimo, reducido de 2 mil 500 millones a 500 millones para evitar que siguiera creciendo.
Es decir, tenerlo aplastado, limitado, cercenado, reducido, minimizado, excluido.
Ahora, es su tiempo. Tiempo tuvo José de Jesús Mancha y se enriqueció como por ejemplo lo denunciara el ex titular del ORFIS cuando documentara que la yunicidad le había otorgado obra pública por dedazo para sus compañías constructoras por casi mil millones de pesos, y no obstante la denuncia penal en la Fiscalía nunca procedió.
Ni tampoco ahora cuando hay una Fiscal carnal del secretario General de Gobierno.
Tiempo cuando Yunes Linares utilizó el aparato gubernamental para lanzar a su primogénito de candidato sucesor.
El tiempo de El chapito en el CDE del PAN camina. Y si crece de norte a sur y de este a oeste de Veracruz y penetra en el corazón ciudadano y ganan el mayor número de alcaldías y diputaciones locales y federales en el año 2021, entonces, hasta candidato azul a la gubernatura podría salir en el año 2024.