Una vez se comprueba que el poder político marea y enloquece. Y más aún, porque llena de soberbia y altivez el corazón. Y peor, cuando se atropellan los derechos humanos.
Así, por ejemplo, está pasando en varias secretarías y direcciones del gabinete legal y ampliado de la Yunicidad.
Entre ellas, en el DIF, con la directora, María Laura García Beltrán, quien en el desplegado de una página publicado en la prensa escrita dando a conocer a los nuevos jefes de la política local aparece con una sonrisita, las cejas depiladas como arcos del triunfo, pero con una mirada difícil de interpretar. Ahora se sabe, siniestra.
En los días que corren la vida burocrática en el DIF, la dependencia más humana, solidaria y generosa per se, una parte de los empleados está viviendo el terror. Simple y llanamente, el terror.
Y el terror acompañado, digamos, de una venganza inexplicable expresada por una secretaria al corresponsal del periódico Reforma:
“Nos tratan como si fuéramos Javier Duarte. Duarte robó, nosotros somos inocentes”.
La directora, por ejemplo, promulgó la siguiente orden:
Todos los empleados originarios de Córdoba (donde viviera Duarte) serán despedidos.
Tal cual, el jefe de personal sigue revisando la nómina para checar el expediente y aplicar la guillotina.
Así nomás.
Otro día, el segundo de la directora se topó en un pasillo con varios burócratas esperando una oportunidad para hablar con la jefa. Y les dijo, con sorna y burla, escarnio:
“¡Qué tiernos! ¡Parecen unos perritos abandonados!”.
Y luego, con la humillación más canija del mundo, desde la prepotencia y la altivez hasta la ofensa y la indignidad, les dijo:
“¡Parecen perritos y me dan ganar de llevármelos a mi casa!”.
Incluso, la directora ha dado la orden de que sólo trabajarán a su lado durante los próximos dos años el personal que ella designe, pues los otros apestan.
Apestan a Javier Duarte y a Karime Macías.
DEMANDA EN PUERTA CONTRA EL DIF
Todos los días hay personal femenino que regresa a su casa en estado deplorable. Llorando.
Algunas tienen más de un sexenio laborando en el DIF. Incluso, dos sexenios, tres.
Y a la altanera directora le vale.
En tales circunstancias, los burócratas son despedidos sin la liquidación contemplada en la Ley Federal de Trabajo.
Además, claro, con un trato pésimo y aberrante.
Por eso, se están organizando para interponer una denuncia en la secretaría de Trabajo y Previsión Social, donde despacha una yunista, Silvia Edith Mota Herrera, quien ha laborado al lado del góber azul desde la dirección del ISSSTE en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, mínimo.
Ahí se verá si la ley se aplica con justicia, simple y llanamente, con justicia.
LEGÍTIMO DERECHO A TRABAJAR
En los días de la transición de Flavino Ríos Alvarado a Miguel Ángel Yunes Linares, cada parte nombró una comisión.
Una de ellas fue la de Indira de Jesús Rosales San Román, predestinada para la secretaría de Desarrollo Social.
Un día, llegó a la SEDESOL con varios de jóvenes de su edad, llenos de soberbia y prepotencia a exigir cuentas, partiendo de un principio universal: todos ustedes son corruptos, todos nosotros somos impolutos.
La crónica fue publicada por el reportero Salvador Muñoz, y el Yunes azul expidió una orden fulminante:
Nada de soberbia.
Y si a un colaborador se le comprueba estar operando con la altivez por delante, hasta ahí llegará.
Incluso, uno de sus hombres de confianza habló a todos y cada uno de los encargados de la transición para precisar que el respeto a los demás era (y es) el eje rector, pero al mismo tiempo, con la firmeza institucional, pues, además, y en todo caso, se trataba de una entrega de los haberes… que ya luego habría de investigarse de acuerdo con la normatividad.
Pero todo indica que la lección fue olvidada, pues en el DIF están con “la espada desenvainada”.
Malo.
Y malo, porque el hecho de ganar la elección de gobernador el 5 de junio, en ningún momento significa la barbarie.
Y menos, mucho menos, en contra del personal burocrático.
Y menos, en contra de mujeres en un Veracruz donde el secretario General de Gobierno convocara a una plenaria sobre la Alerta de Género.
Peor en el caso de quienes tienen antigüedad laboral.
Y peor, porque todos, absolutamente todos los seres humanos tenemos derecho al trabajo para vivir y llevar la torta a casa como decía Ricardo Flores Magón, el reportero más fregón en la historia nacional.
DESPOTISMO ILUSTRADO
La directora del DIF es pareja del doctor Arturo Irán Suárez Villa, secretario de Salud, ex diputado local, originario de Perote (igual que ella), y exdirector médico del ISSSTE felipista.
De entrada se trataría de un conflicto de intereses, pero, bueno, tampoco nadie le puede negar el derecho al trabajo, y más, tratándose de una política, y más, si es la pareja del médico de cabecera del gobernador.
Con todo, por ningún concepto se vale el trato despótico y humillante.
Y más cuando somos “candiles de calle y oscuridad de la casa”, pues según las versiones, la titular del DIF llegó con amiguitos originarios de Puebla, y según versiones, hasta con una brasileña de nombre Fátima Rosado.
Incluso, si así fuera con la brasileña se entendería la nueva tendencia gubernamental, pues en la dirección de Asuntos Indígenas de la secretaría de Educación fue designado un argentino, el antropólogo Marco Raúl Pessah Micha, ex delegado federal del FONAES (Fondo Nacional de Apoyos para las Empresas Sociales) y ex contratista en el Fideicomiso de Riesgo Compartido con cursos de capacitación en el año 2006.
Pero de ahí al despotismo ilustrado con que los jefes máximos han llegado, caray, el 2017 y el 2018 pasan por el mes de diciembre de 2016.