LUIS VELÁZQUEZ
Los fantasmas de cada gobernador
El refrán popular dice que cada gobernador ejerce el poder de acuerdo con sus fantasmas.
Por ejemplo: Fernando López Arias era incapaz de controlar sus iras. En el movimiento estudiantil del 68 citó a los líderes en palacio de gobierno y les leyó la cartilla. El día 2 de octubre se fue en contra de los insumisos. Y encarceló a varios, entre ellos, parece, a Roberto Bravo Garzón, Rafael Arias y Juan José Rodríguez Pratts. Un día, uno de sus pistoleros asesinó al abuelo del senador Pepe Yunes, luego de que López Arias perdiera una jugada más de póker.
Rafael Murillo Vidal se dormía exprofeso en las juntas conciliatorias. De pronto, cuando habían transcurrido las horas despertaba y por cansancio sometía a los demás a la votación y siempre se imponía.
Rafael Hernández Ochoa desoyó el clamor de unos campesinos de Martínez de la Torre disputando tierras ante la familia Arámburo. Un día, la familia lanzó a los sicarios en contra de los campesinos y asesinaron a siete. El presidente Luis Echeverría le dejó de hablar durante tres meses.
Agustín Acosta Lagunes ejercía el poder con La Sonora Matancera por delante. Incluso, cuando el jefe de ellos, Felipe “El indio” Lagunes, se excedió, según la fama pública, en unos negocios, envió a su comandante en jefe, Hiram Morales, con 70 policías, a un asalto en la madrugada en su rancho “La cocada”. Lo secuestraron, desaparecieron, torturaron, ejecutaron y tiraron a la orilla de un camino vecinal en Ángel R. Cabada.
Fernando Gutiérrez Barrios iba al encuentro de los conflictos. Fue al penal de Allende, cuando el cacique Cirilo Vázquez Lagunes, a quien detuvo por posesión ilegítima de armas de uso exclusivo del ejército, se lanzó con todos los reclusos a una huelga de hambre. Y así, cara a cara, pulverizó la huelguita de todos los presos y al ratito envió al cacique a una cárcel de Puebla.
Patricio Chirinos Calero convencía a los disidentes, inconformes, contestatarios e incómodos… a través del secretario General de Gobierno, Miguel Ángel Yunes Linares, un peleador callejero. Y, bueno, tal desgaste le costó la gubernatura.
Miguel Alemán Velasco dejaba hacer y dejaba pasar. El malo fue Alejandro Montano Guzmán, a quien le creó la súper Secretaría de Seguridad Pública, a tal grado que hasta lo miró candidato a gobernador; pero ni hablar, Fidel Herrera se le atravesó.
Fidel Herrera ejerció el poder de la siguiente manera: el líder de campesinos en el sur de Veracruz, Rosalino Guillén Tapia, solicitó audiencia una y otra y otra y otra vez al subsecretario General de Gobierno para programar acciones. Nunca fue recibido. Entonces, Guillén Tapia se inmoló en la escalinata de la Catedral, frente a palacio, rociándose gasolina.
LES VALE A “LOS NIÑOS INFIELES”
Ahora, con Javier Duarte, hay una característica, tal cual la expresa el presidente municipal de Soledad Atzompa: todos quieren resolver los pendientes… a través del teléfono.
Pero además, engañan, mienten, estafan, echan fidelíneas, ofrecen e incumplen, prepotentes, soberbios y paridos por dioses, como se creen y sienten.
Y así, ningún pueblo camina a su destino, más que sólo a través de un camino legítimo: la protesta, la marcha, el plantón, la caminata, el bloqueo, el fuego mediático.
En fin, que así hemos vivido y el resultado ahí está:
800 mil indígenas miserables, pobres y jodidos en las regiones étnicas de Veracruz.
650 mil personas, de 15 años en adelante, que no saben leer ni escribir.
Un millón de paisanos con estudios inconclusos de primaria.
Otro millón, con secundaria incompleta.
600 mil con bachillerato a medias.
De cada cien niños egresados de la primaria, sólo diez llegan a la universidad y sólo uno se titula.
Veracruz mudado en un estado productor de migrantes a la frontera norte y Estados Unidos.
Veracruz convertido en el primer lugar nacional productor de trabajadoras sexuales.
Un desempleo que afecta, sobre todo, a las clases bajas, dado la estrechez de los estudios profesionales.
Salarios de hambre en la mayoría, mejor dicho, el cien por ciento, de las empresas privadas, en tanto hay patrones enriquecidos a costa de la explotación inicua de los trabajadores.
Y una entidad federativa sumida en la más terrible y espantosa de las inseguridades en la historia local.
DESPIERTA EL VERACRUZ BRONCO…
Por el palacio de gobierno de Xalapa han caminado 73 gobernadores y el resultado social, económico, educativo, de salud y seguridad ahí está: de los 8 millones de habitantes de Veracruz, 6, 7 millones oscilan entre la miseria, la pobreza y la jodidez, en todos los órdenes de la vida.
Se sobrevive en vez de vivirse con dignidad.
Hay para comer todos los días; pero a costa de una gran desnutrición y anemia, con una baja, bajísima calidad en la vida cotidiana.
Hay empleos; pero pagados, se repite, con salarios de hambre, de igual manera como los miraba Ricardo Flores Magón en 1900.
Lo peor de todo es que a la elite en el poder público le vale el destino del pueblo que gobierna.
Por ejemplo, ninguna necesidad existía que unos 3 mil indígenas caminaran de la sierra de Zongolica a Xalapa para ser escuchados, luego de haber tocado las puertas de los secretarios sin ninguna cortesía del gabinete legal.
Tampoco que los indígenas del Totonacapan hayan caminado en autobuses y en respuesta los policías les dispararan en el camino para intimidarlos.
Ni que los trabajadores de la Secretaría de Salud en varios puntos de Veracruz bloquearan calles para exigir la mejoría en los Centros de Salud.
Ni que vecinos del Predio Uno del puerto jarocho torpedearan la carretera para demandar el servicio del agua.
Ni tampoco que los vecinos de Las Bajadas, en el puerto jarocho, obstruccionaran la vialidad para demandar obra pública que evite las inundaciones anuales.
Ningún habitante de Veracruz sufragó en el año 2010 para que los duartistas ejercieran tal cual, con soberbia y prepotencia, el poder sexenal.
Pero, bueno, así les gusta a ellos y ni hablar, la inconformidad social continuará expresándose en las calles y en las carreteras y en donde sea necesario a ver qué parte se cansa primero…