LUIS VELÁZQUEZ
La realidad que se oculta
Hay un debate político en la vida pública que oculta en un rincón de la casa los grandes pendientes sociales.
Por ejemplo, las élites opositoras al duartismo cuestionan la nueva policía llamada Fuerza Civil; pero nadie habla de la terrible y espantosa desigualdad social y económica.
La oposición ha armado un reality show con la deuda pública, cada parte con su rollito estadístico; pero nadie se refiere a la miseria y la pobreza y el desempleo y la jodidez y el crítico estado de salud de los 800 mil indígenas que habitan las regiones étnicas, desde Huayacocotla hasta el Valle de Uxpanapa, pasando por Papantla y Zongolica.
Una y otra y otra vez los críticos han solicitado la renuncia del secretario de Seguridad Pública y el procurador de Justicia, incapaces de garantizar la seguridad en la vida y los bienes; pero ni partidos políticos, diputados locales y federales y senadores ni la iglesia ni los empresarios ni los medios porfían de manera sistemática, con una estrategia, por los desaparecidos que de manera oficial suman 650, 144 de los cuales son menores de edad.
Se cuestiona que el Congreso local y el ORFIS (Órgano de Fiscalización Superior) han perdonado las tropelías de exalcaldes y exsecretarios del gabinete legal y ampliado, en tanto, ninguno de los actores sociales y políticos con representatividad jurídica se organizan para interponer, de manera conjunta, una denuncia penal en la procuraduría de Justicia y/o en la PGR, por si las dudas, y todo se reduce a cacayacas mediáticas.
Se rafaguea a los Juegos Centroamericanos a efectuarse en el mes de noviembre que porque el gobierno de Veracruz incumplió con el programa de obra pública, y porque habrían desviado los primeros 400 millones de pesos entregados en el fidelazgo por el gobierno federal; pero, de igual manera, todo se vuelve un show mediático sin llegar a la denuncia penal en la PGR por tratarse de recursos federales.
Pero, además, si en esas andamos, nadie se ocupa de la vida nómada en las regiones indígenas y campesinas de norte a sur y de este a oeste de Veracruz, que por lo demás, están ocupados en el itacate, y por tanto, ni tiempo, espacio ni voluntad tienen para la vida democrática.
Lo peor: de pronto algún partido político, un diputado, un obispo, un canacintro, un canaco, etcétera, levanta la inconformidad al cielo mediático y días después el silencio ominoso y cómplice y sospechoso y suspicaz y perspicaz.
EXISTE HOY MÁS VIOLENCIA…
Llevamos meses leyendo en la prensa escrita los muertos hasta con el tiro de gracia y secuestrados y desaparecidos y todo lo demás, y no obstante que de vez en vez hay caminatas de protesta (la última el lunes 15 en Coatzacoalcos y Minatitlán) la respuesta del lado oficial es el silencio.
Pero el silencio también suena y resuena en el lado de los partidos políticos y los diputados locales y los empresarios y con frecuencia, en los medios, que en todo caso, algunos, publican la nota en páginas interiores, en la parte inferior, a una o dos columnas, con titular light, color de rosa, para pasar inadvertido.
Y, bueno, tal posición de los actores sociales y los medios, todos juntos, pues callan los políticos y calla la prensa, sirven de gran utilidad “al gobierno para que los temas de violencia ni siquiera acaparen los titulares” (Nexos, diciembre 2013).
Lo dijo la académica y escritora María Esther Hernández Palacios: “Hoy existe más violencia (de cuando asesinaron a su hija y yerno). Sólo que los medios la ocultan”.
Y no obstante que la vida cotidiana se ha vuelto un infierno, una pesadilla, un capítulo interminable de terror y horror, lo más impresionante es el silencio de los actores sociales, políticos y económicos.
Pero, además, nadie se ocupa con tesón y estrategia de la miseria y la pobreza, el desempleo y los salarios de hambre, la migración a la frontera norte y Estados Unidos, la pésima calidad educativa y la dudosa calidad de la salud pública.
Los medios, por ejemplo, se han vuelto más boletineros que nunca, donde el boletín oficial, la versión extraoficial, se ha convertido en la reina madre del periodismo, a tal grado que si se revisara con lupa el contenido de un medio escrito, hablado y digital descubriría que la mayor parte de los textos está sustentado en la información oficial y oficiosa.
Así transcurren los días y las noches.
TODOS SIGUEN JODIDOS
Los indígenas siguen jodidos. Los campesinos, jodidos. Los obreros, jodidos. La clase media, media jodida, sin que la calidad de vida mejore, solo, claro, para los ricardos y los políticos encumbrados en el poder sexenal.
A cada rato las elites políticas han sostenido que los restaurantes están llenos. A veces. Pero al mismo tiempo se juega con el sofisma, pues bastaría una mirada a las colonias populares, y a las zonas rurales, y a las demarcaciones indígenas, para recordar que suman millones los habitantes de Veracruz en la precariedad social y económica.
Y, lo peor, a nadie interesa tal realidad, pues cuando, además, se vive al día, corriendo atrás del itacate, lo único que interesa es la sobrevivencia familiar, aunque a los vecinos se los lleve patas de catre… pues en vez de que lloren en mi casa que lloren en otra.