Expediente 2014

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LUIS VELÁZQUEZ

 

Delirios de grandeza

 

Quizá la región de Veracruz más representada en la LXIII Legislatura es la zona Veracruz-Boca del Río con seis diputados locales, de los cuales, y como dijera el refrán popular, ninguno la hace.

Y ninguno la hace para mejorar la calidad de la vida cotidiana, donde el tema de la inseguridad (muertos, secuestrados, desaparecidos, fosas clandestinas y extorsiones) se ha convertido en la prioridad.

Claro, el sexteto de diputados está luchando cada día para orientar su destino personal con sentido patrimonialista y sus familias se los han de agradecer.

Por eso, el cuentito ese de que el sexteto se desgarra las vestiduras por el bienestar social significa una vacilada, mejor dicho, una ofensa y una humillación para la población electoral.

Y más cuando, por ejemplo, en su último reality show algunos de los seis diputados obsequiaron útiles escolares al mismo tiempo inútiles y corrientes que ni siquiera, vaya, pasan el filtro establecido por la Secretaría de Educación.

Ni si diga, claro, tratándose, digamos, de la terrible y espantosa desigualdad social, económica, educativa, de salud y de seguridad, a la que ninguno de los seis ocupa y preocupa.

Peor tantito si se considera que el sexteto sueña desde la toma de posesión con el cargo siguiente, la presidencia municipal por ejemplo, creyéndose unos Mesías, paridos por los dioses.

Y más cuando en unos casos están conscientes y seguros de que su desarrollo político será sexenal y, por tanto, es ahora o nunca.

 

DIVOS DEL CONGRESO LOCAL

Es la historia, por ejemplo, de los diputados Ana Guadalupe Ingram, Tonapriuh Pola y Gustavo Gudiño Corro, el trío soñando con la silla del alcalde Ramón Poo Gil.

También, claro, de José Ramón Gutiérrez, Nino Baxin y Raúl Zarrabal junior, quienes de igual manera acarician la posibilidad de la presidencia municipal de Veracruz y Boca del Río.

Y más, como en el caso de “José/ratón”, la gran revelación priista que fuera ungido diputado local, presidente de la Comisión de Seguridad, defensor de oficio del coronel Arturo Bermúdez, además de su vocero oficioso y delegado del CDE del PRI, a tal grado que ahora sentiría que pudiera convertirse en el candidato rojo a la gubernatura en el año 2016, aunque sea la de dos años, como se anotara el diputado federal Alejandro Montano Guzmán.

Y más cuando, por ejemplo, tanto la elite y militancia priista como panista está segura de que “José/ratón” terminó la alcaldía con un descrédito peor que el de su antecesor Efrén López Meza, que son palabras mayores.

Todos, pues, divos.

Todos, pues, autistas que han terminado escuchándose a sí mismos.

Todos, pues, bajo sospecha y perspicacia en el manejo de recursos oficiales.

Todos, pues, mesiánicos, con delirios de grandeza, que vinieron a rescatar de la pobreza y la miseria a la población jarocha de Veracruz y Boca del Río.

Dígase, por ejemplo, el beneficio social, económico, educativo, de salud, de seguridad y político que el sexteto de diputados ha generado para los 900 mil habitantes de la zona conurbada en su tiempo como legisladores.

Y es que a todos les vale camote el destino social de la población.

Sólo se metieron a la política pensando en ellos y sus familias, quizá, acaso, aun cuando al mismo tiempo reproduciendo la filosofía de Agustín Acosta Lagunes cuando afirmaba que su familia sólo eran su esposa y sus hijos, y de allí pa’lante, a nadie reconocía.

 

EL DESCRÉDITO DE TODOS…

Triste papel de cada uno del sexteto legislativo.

Ana Ingram, obsesionada con la candidatura a diputada federal para dejar inconclusa la diputación local, no obstante su firma ante notario público de Alvarado de que terminaría la curul.

Tonapriuh, el reportero de Telever que siempre operó y trabajó para la elite priista y que ahora, por fin, decidió salir del clóset.

José/ratón, tirándose al piso del coronel Arturo Bermúdez, con toda la indignidad de su vida pública y privada.

Gustavo Gudiño, negociando en el Congreso para abrir camino otra vez a su hermana Carolina para diputada federal, creyendo que está destinada por el fogoso a ser la primera gobernadora de Veracruz.

El oaxaqueño iletrado, misógino y grosero y barbaján, Nino Baxin, creyendo que con los pepenadores y recolectores de basura tendrá suficiente para la candidatura roja a la presidencia municipal.

Y el pobrecito de Raúl Zarrabal Ferat, olvidando el fuego amigo a que fue sometido camino al cadalso, el descrédito como pillo y ladrón del erario público para que lo perdonaran, como parece, y abriendo brecha, otra vez, para la alcaldía de Boca del Río.

Atrás de todos ellos solo la fijación del poder político, el dinero oficial, el billete fácil, las canonjías y prebendas del poder sexenal, el único móvil de sus vidas, sin ninguna voluntad social para mejorar la calidad de vida de los pobres, los miserables y los jodidos.

En eso han terminado los seis diputados locales…