Objetivo: recuperar Veracruz - Juan Vergel y Enrique Cambranis
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El año 2013 fue crudo para el entonces perredista, Juan Vergel Pacheco.
Entonces, con el panista Enrique Cambranis, diputado federal ahora, se lanzaron a una gran cruzada cívica y democrática para integrar una alianza PRD y PAN con candidatos comunes a las 212 presidencias municipales y a las más de 3,500 sindicaturas y regidurías.
Tenaces, llenos de emoción política, alcanzaron el objetivo, pero en el tribunal electoral el duartismo los descarriló.
Pero además, hacia el interior del partido, los también perredistas, Freddy Ayala y Rogelio Franco Castán, al servicio de la elite priista, fueron seducidos, una vez más, por Érick Alejandro Lagos Hernández, y el asunto llegó al CEN del PRD.
En el altiplano amarillo, Jesús Ortega, con Jesús Zambrano, eran las grandes figuras icónicas y quienes estuvieron prestos a pactar con Javier Duarte, a través de Érick Lagos, a través de Freddy Ayala y Rogelio Franco.
Un día, Jesús Ortega llamó a Juan Vergel a la ciudad de México y fue tajante, filoso como un cuchillo para matar cochinos:
“Estoy dispuesto al diálogo contigo, pero me estás afectando en Veracruz”.
Luego, le cursó aviso:
“La alianza con el PAN en Veracruz no va”.
Tal cual, la primera vocera duartista, María Georgina Domínguez, descubierta como la Juana de Arco del siglo XXI en las playas de Chalchihuecan, donde también desembarcara “El Pira” Lorencillo, entró al quite.
Y desde las páginas texto/servidoras lanzó un rafagueo implacable en contra de Juan Vergel, satanizándolo por completo.
Así, sobrevendría la represión y Vergel Pacheco fue expulsado del PRD por decisión de “Los Chuchos”, quienes, claro, lógico, obvio, se habrían beneficiado y bien.
Don Juan se retiró un tiempecito a la vida privada a reflexionar y planear el siguiente paso de su futuro y terminó con asesorías a ediles.
Ahora, y en nombre de la libertad y la dignidad, ha regresado.
Con otros políticos ha lanzado su ONG denominada “Recuperemos Veracruz”.
Se le saluda con optimismo, admiración y respeto.
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Dijo Juan Vergel al reportero Fernando Inés Carmona, La Jornada Veracruz: “La complicidad de los policías estatales con grupos delincuenciales es otro de los puntos que exhiben la ineficacia, la impunidad y la corrupción que predomina en el gobierno de Veracruz.
Se han coludido con el crimen organizado, por lo que la población está indefensa.
Seguir invirtiendo en una policía corrupta es tirar el dinero a la basura.
Sostener a los mandos policiacos a pesar de su ineptitud significa cerrar los ojos a la competencia.
Queda la impresión de que el poder civil y el poder político depositado en el Ejecutivo estatal ha sido sometido”.
He ahí, pues, la crudeza más sórdida en el Veracruz de Arturo Bermúdez Zurita, secretario de Seguridad Pública, y del Fiscal Luis Ángel Bravo Contreras.
La inseguridad, la impunidad y la indolencia oficial como los tres grandes jinetes del Apocalipsis.
Una radiografía puntual del más grave pendiente social en un Veracruz donde la migración a Estados Unidos ha originado que las remesas signifiquen el sostén de la economía jarocha, por encima de los ingresos de la caña de azúcar, el café y los cítricos.
Y en donde, además, Veracruz ha mudado en el productor y exportador número de trabajadoras sexuales que ante la falta de oportunidades laborales necesitan vender su cuerpo para llevar el itacate a casa, tanto a sus hijos como a sus padres seniles.
La peor degradación moral de que se tenga memoria en la historia pública local.
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La pesadilla vivida por Juan Vergel y Enrique Cambranis en el año 2013 cuando el duartismo operó con todo para descarrilar la alianza electoral ha de ser considerada por los nuevos aliancistas que con el PAN y PRD lanzarán a Miguel Ángel Yunes Linares como candidato común a la mini/gubernatura.
Incluso, todo indica que están tomando los preparativos electorales necesarios, entre ellos, que el Instituto Nacional Electoral atraiga la elección tanto del sucesor de Javier Duarte como de los diputados locales.
Más aún: el cabildeo ante ongs extranjeras para que envíen representantes electorales a vigilar los comicios de mediados de año.
Aún más: la planeación electoral para que todas las casillas, sin excepción, tanto en las ciudades como en las regiones campesinas e indígenas sean vigiladas por expertos electorales para evitar el fraude, digamos, y sobre todo, en las zonas marginadas, donde el PRI suele comprar el voto al precio necesario.
Más aún: un ejército de cazadores de mapaches para evitar la compra subterránea de conciencias y sufragios uno, dos, tres días, etcétera, antes de las elecciones y el mismo día.
Aún más: expertos electorales para la defensa del voto en los tribunales, donde sin duda se agotará el proceso comicial.
Si en el año 2013, la alianza PAN y PRD fue descarrilada porque “Los Chuchos” del PRD se prestaron y de igual manera el tribunal electoral y ni se diga el mismito Instituto Electoral de Veracruz, a cargo de la fidelista Carolina Viveros, entonces, el blindaje político, social, económico y electoral será impostergable para lograr la mejor limpieza y transparencia democrática.
Y si alguien lo duda ahí están Juan Vergel Pacheco y Enrique Cambranis con sus experiencias de entonces.
Recuperar Veracruz de la mafia priista es el único objetivo.