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•Crimen en el templo
•Corista de Cosoleacaque
Luis Velázquez
26 de febrero de 2021
UNO. Saña y barbarie
La brutalidad y la impunidad en Veracruz se calibra de la siguiente manera:
Felipe de Jesús Reyes Torres era corista en la iglesia de Cosoleacaque. Allí formaba parte del coro para entonar los cánticos religiosos en las misas.
Ningún antecedente penal. Cero consumo de alcohol. Menos, drogas. Además prestaba servicio comunitario con un gran apostolado social. Y estudiaba.
El jueves 18 de febrero, al salir de la iglesia, luego de cantar en el coro, lo mataron.
DOS. Extorsión y terrorismo
La primera línea de investigación, digamos, acaso hipótesis, es que el chico fue ejecutado como parte del terrorismo de los malandros en el pueblo.
Y terrorismo, porque la familia de Felipe de Jesús tiene un modesto y sencillo negocio de abarrotes y los malosos impusieron una cuota de extorsión y como se negaron, entonces, ajustaron cuentas, cobraron venganza, se vengaron, y le quitaron la vida.
El crimen ocurrió días después de que en Cosoleacaque fueran asesinadas Gladys Merlín Castro, ex presidenta municipal y ex diputada local, y su hija Carla Enríquez Merlín, con gran servicio social en el pueblo y aspirante a la candidatura del PVEM, Morena y el PT a la alcaldía.
TRES. Más asesinatos en el pueblo
Antes, hacia el mes de diciembre del año anterior, y porque de por medio se atravesó la extorsión, fue asesinado otro comerciante. Se llamaba Filiberto Trinidad Herrera.
Y también, Martha Nidia Reyna, de 51 años, lideresa de mercados, y por rechazar la extorsión.
Peor tantito, un comerciante y constructor también fue ejecutado frente al Frac. Las Olas. Pero en el caso, además, le prendieron fuego y calcinaron.
En el sur de Veracruz, los carteles y cartelitos, sicarios y pistoleros, tienen permiso.
CUATRO. El llamado derecho de piso
Toda vida humana es invaluable. En la mayoría de asesinatos quedan niños huérfanos, parejas viudas y hasta padres ancianos.
Terrible, espantoso, el crimen de la señora Gladys Merlín y su hija. Una, asesinada a balazos. La otra, degollada. Hacia las 5 de la mañana, aprox. Y en su casa.
Pero más duro y rudo el homicidio del joven corista de la iglesia.
Todo, según parece, porque el padre, la familia, se negaron a pagar la extorsión por el llamado “cobro de piso”, como si los malandros fueran el Ayuntamiento, o en todo caso, reproduciendo el modelo de las guerrillas en América Latina que solían cobrar el derecho de piso.
CINCO. Ningún detenido
El crimen de Felipe de Jesús fue el jueves 18. Siete días han transcurrido y ningún detenido. Igual, igualito que con los homicidas de la señora política y su hija. Tampoco ningún detenido por el crimen de la lideresa de mercados, Martha Nidia, ni por el de Filiberto Trinidad.
El tiradero de cadáveres en Cosoleacaque, igual, igualito que en el resto de Veracruz, acompañado del tiradero de impunidad.
La Fiscalía General, en su principio de Peter. Rebasada.
SEIS. Gatúbela, ajá
Está canijo vivir en Veracruz. Primer lugar nacional en extorsiones. Feminicidios. Y secuestros.
Hay extorsiones y crímenes presionando a los dueños, incluso, de changarros, para pagar el cobro de piso porque existe impunidad.
Ni la policía de la secretaría de Seguridad Pública ha podido frenar y disminuir el oleaje de violencia, pólvora y sangre ni tampoco la Policía Ministerial de la Fiscalía ha procurado justicia y detenido a los transgresores de la ley.
De ñapa, el reality-show de vestirse de Gatúbela para comparecer en acto público…