Escenarios

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  • El Duartazo

  • Así fue cocinado

  • La minigubernatura

 

Luis Velázquez

 

I

LUIS_VELAZQUEZSegún las versiones, la Cumbre Iberoamericana, tres días el presidente Enrique Peña Nieto en Boca del Río, fue suficiente para que Javier Duarte le sacara el acuerdo para enviar la iniciativa de ley a la LXIII Legislatura, que achicará la gubernatura a dos años sólo durante el periodo siguiente.

Fue un acuerdo banquetero, dice un político, por lo siguiente:

Una. El cabildeo de la iniciativa de ley estaba a cargo del jefe de la Oficina Presidencial, Aurelio Nuño, a través de quien fuera su jefe en el Senado, Enrique Jackson Ramírez, asesor de Duarte.

Dos. Pero, además, cuando Aurelio Nuño lo habría consultado con el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, ocupado como está como jefe del gabinete político con los casos de Ayotzinapa en Guerrero, Tlatlaya en el estado de México, el Politécnico (resuelto antier) y la Casita Blanca de las Lomas, el asunto fue diferido para el momento ideal.

Tres. En tales circunstancias, Duarte aprovechó la coyuntura, se habría brincado a Osorio Chong y Aurelio Nuño, logrando el acuerdo.

Cuatro. Por eso, horas después de la clausura de la Iberoamericana, Duarte envió la iniciativa de ley y, desde entonces, la elite política está alborotada, a tal grado que el senador Pepe Yunes Zorrilla lanzó su espada en prenda y se unió al grupo de su homólogo Héctor Yunes Landa, quien desde el año 2010 rompió con el gobernador.

Cinco. Según las versiones, Duarte logró su objetivo; pero, al mismo tiempo, creó fisuras con el secretario de Gobernación y el jefe de la Oficina Presidencial.

Así, pues, se habría cocinado el Duartazo.

 

II

Ni hablar, al senador Pepe Yunes le salió lo palestino, lo libanés y lo sirio, y rompió el fuego con el jefe máximo del priismo en la tierra jarocha.

Ahora, allá ellos, con Héctor Yunes, si se dejan dormir en sus laureles, porque una cosita es que vaya la mini/gubernatura de dos años y otra cosita es que algún duartista se perfile y otra cosita es que los senadores priistas se crucen de brazos y otra cosita es la batalla en las urnas y otra cosita es el candidato de la oposición, incluso, como afirman unos mismos priistas, una alianza PAN y PRD.

Por lo pronto, si es cierto, como se afirma, que Osorio Chong y Aurelio Nuño fueron rebasados y quedaron lastimados, entonces, una alianza con los senadores será más fácil.

Y en política, ya se sabe, las cosas cambian de la noche a la mañana.

 

III

La otra cara de la realidad es la siguiente: la disputa por la mini/gubernatura sólo interesa, ocupa y preocupa a la elite política, y a la de todos los partidos, pues cada parte desea “llevar agua a su molino”.

Es decir, los políticos en el gabinete legal y ampliado de Duarte, los políticos de los poderes Legislativo y Judicial, los diputados federales y senadores, los alcaldes y los ediles, los líderes sindicales, los líderes empresariales, la elite eclesiástica y los medios.

De allí pa’lante, a los 650 mil habitantes de Veracruz analfabetas de 12 años de edad en adelante, a los 800 mil seniles, la mayoría sin seguridad social, y al millón y medio de campesinos en la pobreza milenaria, y a los miles de desempleados, subempleados con salarios de hambre y migrantes a la frontera norte y Estados Unidos, les vale si hay un gobernador de dos años, o de tres, cuatro, cinco, de seis, incluso.

Las elites políticas disputando el manejo de los cien mil millones de pesos de presupuesto anual, más los negocios lícitos e ilícitos, más el diezmo y el doble diezmo, más el tráfico de influencias para vivir como príncipes durante 6 años.

Y la población electoral, los jefes de familia, ni hablar, que se jodan, pues jodidos siempre han estado.

 

IV

Se trata, pues, del reparto del poder político, en donde, por ahora, y del lado priista, Duarte y compañía van ganando la batalla, incluido, desde luego, el tlatoani y gurú de todos ellos, conocido en el sórdido mundo como el fogoso y gozoso (que usted, lector, porfis, endílguele el nombre).

Así se va haciendo y rehaciendo la historia de cada día.

La mini/gubernatura de dos años ha sido el golpe político más audaz de Javier Duarte en cuatro años.