•Humillada la dignidad •En cada habitante jarocho •Por el gobierno estatal
I
Nunca en la historia local, la Procuraduría de Justicia de Veracruz ha lastimado, humillado y ofendido tanto a la población como ahora.
La última bofetada del procurador Luis Ángel Bravo Contreras es la siguiente: ocho de cada 10 personas desaparecidas… han desaparecido por su propio pie.
Antes, con el ex Felipe Amadeo Flores Espinoza la ofensa era; pero, digamos, en menor proporción:
En Veracruz, los desaparecidos se confinaron en granjas alcohólicas y las mujeres huyeron con el novio y/o el amante.
Antes, el procu aseguraba que existen 650 desaparecidos, de los cuales 144 son menores.
Y, bueno, se ignora si en su lista sórdida incluía a los niños en albergues etílicos.
Ahora, en su última comparecencia en la LXIII Legislatura, la lista aumentó a mil 200.
Significaría, entonces, y en su lógica, que unos 800 se fueron de sus familias y sus casas por voluntad propia, caminando.
Y, bueno, tal atropello a la dignidad humana de los 8 millones de habitantes de Veracruz sólo puede entenderse a partir de que la procuraduría entregara la lista detallada en cada caso, con hechos y circunstancias, de los 800 que han desaparecido por su propio pie.
Así, las ONG de Veracruz y del país, incluso algunas extranjeras relacionadas con las locales, un colectivo, digamos, de reporteros y académicos, siguieran la pista a tal lista del procu para ver si coincide su declaración de prensa con la realidad.
II
En Veracruz, ha dicho el arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, hay crímenes; pero sin criminales.
Y en tal lógica habría desaparecidos sin desaparecidos, como afirma el procu.
Por tanto, si ocho de cada 10 “levantados” están ligados a delitos, también sería necesario que el procu aportara tal lista, digamos, tan sólo para merecer la confianza ciudadana.
De lo contrario, y hasta que los hechos sean precisados, se tratan de las peores ofensas a un montón de familias que de norte a sur y de este a oeste han sufrido y siguen padeciendo el secuestro de un familiar.
III
Por ejemplo, habría de mirar a las decenas, cientos quizá de padres de familia que han caminado en las calles y ciudades reclamando el regreso de sus parientes a sus casas vivos y sanos.
¿Qué pensará, por ejemplo, la académica, investigadora y escritora, María Esther Hernández Palacios, que hasta un libro publicó, merecedor de un premio nacional, sobre el secuestro, desaparición y asesinato de su hija y yerno, ocurrido en Xalapa?
¿Qué sentirán los padres de la niña de 5 años, Karime Alejandra, secuestrada, desaparecida, asesinada y sepultada en una fosa clandestina en Coatzacoalcos?
¿Y cuál será la reacción de las decenas de dolientes que han protestado en las calles de Xalapa, con la foto en cartulina de su familiar desaparecido?
Demasiadas, excesivas humillaciones de un procurador enamorado de sí mismo, ególatra, dandy.
IV
Lo peor es lo siguiente: resulta inverosímil que el procurador haya tomado tal discurso como sonsonete, mientras el gobernador lo permita. Y lo tolere. Y lo soporte. Y lo aguante. Y lo mantenga en el cargo.
Significaría, entonces, y digamos, que el góber ha sido convencido por el procu en tal versión.
Pero, si así fuera, ¿habrá demostrado con hechos el procu su versión al góber?
¿Habría creído el góber en la versión del procu sólo porque desde hace tiempo son amigos y con tal antecedente basta y sobra, cuando de por medio están los 8 millones de habitantes de Veracruz y cuando se atraviesa el nombre y el crédito de la institución gubernamental?
¿Habría ordenado el góber una investigación extraordinaria para comprobar y volver a comprobar que en verdad, en verdad, en verdad ocho de cada 10 desaparecidos… se fueron por su propio pie?
Se insiste: nunca antes como ahora el agravio a la dignidad humana se escritura desde el gobierno de Veracruz.
Lástima que una generación tan joven haya aterrizado en el aparato oficial.
Y lástima porque han perdido la oportunidad de enaltecer sus vidas sirviendo con dignidad y respeto a la ciudadanía.
Y lástima porque desde el poder pudieron construir un Veracruz mejor.
Bueno, sin embargo, para muchos de ellos, porque se han enriquecido a la sombra del poder según la fama pública que camina hasta en los pasillos de los edificios públicos.