Escenarios

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LUIS VELÁZQUEZ

•Renunciarán duartistas
•Buscarán curul federal
•Afinan lista de relevos

I
De acuerdo con el Instituto Nacional Electoral (INE) en la primera semana habrán de renunciar los políticos con un cargo públicos aspirantes a la candidatura a diputados federales, la primera que será del presidente Enrique Peña Nieto.
Para entonces, quizá hacia el fin de año, el gobernador de Veracruz tendrá ya el mosaico de relevos.
Hasta donde se dan los trascendidos, los secretarios que marcharán del gabinete duartista serían, entre otros, los siguientes.
Érick Lagos, de SEGOB, por el distrito de Acayucan. Adolfo Mota, de la SEV, por Xalapa rural. Jorge Carvallo Delfín por Los Tuxtlas y/o Huatusco. Érik Porres Blesa, Orizaba.
Marco Antonio Aguilar Yunes, Córdoba. Alberto Silva Ramos, Tuxpan. Noemí Guzmán, Coatepec. Gladys Merlín Castro por Cosoleacaque. Ana Guadalupe Ingram por Veracruz urbano. Elizabeth Morales García por Xalapa urbano. Antonio Tarek Abdalá, tesorero de Sefiplan, por Cosamaloapan.
Desde luego, la prelista está incompleta, primero, se tratan de 21 candidatos; segundo, porque de acuerdo con la ley Peña Nieto la mitad serán mujeres; tercero, las suplentes de las mujeres serán mujeres; cuarto, el ajuste y reajuste está al rojo vivo, y quinto porque, según la cultura priista, hay “tapados”.
En todo caso, la nominación de los candidatos significará otro ajuste al gobierno de Veracruz, con lo que la lista de los funcionarios despedidos y enrocados pasará de los 60.
Y por eso mismo, de cara al V año del sexenio, ojalá y la astróloga de los Llanos de Sotavento permitiera que fuera el último reciclaje de funcionarios públicos, pues en cada nuevo cambio los planes se ajustan y reajustan y la población es la única perjudicada.

II
Hace ratito algunos secretarios del duartismo se lanzaron con todo a la pasarela, digamos según el refrán popular, para medir el agua a los camotes.
Por supuesto, repartieron bienes y servicios… con cargo al erario público, pues ni modo que de su bolsillo.
De pronto, la mayoría se replegó, quizá, acaso, porque estaban conscientes de violentar la ley electoral que establece topes en el gasto de precampaña y campaña, y más cuando resulta evidente el dispendio y el derroche para comprar lealtades y conciencias con anticipación.
Fue el caso, entre otros, de Érick Lagos, Jorge Carvallo y Ana Guadalupe Ingram, que regalaban despensas alimenticias y escolares y, de paso, ofrecían hacha, calabaza y miel para el futuro inmediato, por ejemplo, Lagos y Carvallo apostando a la mini/gubernatura, y la Ingram a la alcaldía jarocha, la única que ha reaparecido ahora vestida de albañil poniendo ladrillos en una pared.
¡Vaya populismo ramplón y barato!

III
Luego de que tal pelea partidista y en las urnas se haya consumado en automático aflorará el siguiente paso, como es la coordinación de la bancada priista de Veracruz en el Congreso de la Unión.
Y, por supuesto, la rebatinga se dará entre los discípulos de Fidel Herrera y los amigos de Javier Duarte, pues saben que así tendrían quizá, acaso, más posibilidades para amarrar la mini de dos años.
Claro, si alguien lograra la presidencia de una Comisión importante con el auxilio del jefe máximo, entonces, el abanico se abriría.

IV
En el otro lado de la moneda se cocinan los nombres de los relevos del gabinete legal y ampliado que se vayan.
Y, por añadidura, de los subsecretarios, directores y subdirectores y jefes y subjefes de áreas.
Ellos acompañarán al góber en el último tramo del sexenio, el más importante porque será el cierre.
Y el cierre significa, primero, evitar desaguisados de los partidos y diputados de oposición en la transparencia y rendición de cuentas; segundo, retirarse en paz sin incertidumbre ni zozobra política y social.
Así podrán exclamar como cuando en el siglo pasado, Sergio Flores Armida terminó la presidencia municipal de tres años en Boca del Río y acuñó la siguiente frase bíblica: “¡Dejé de ser alcalde y dejé de ser pobre!”.
Por fortuna, el sucesor, Avelino Muñiz, su cuate, jamás barrió para atrás.
Los duartistas también esperan que el sucesor en el palacio principal de Xalapa siempre mire pa’lante. Ni siquiera a los lados para remover los escombros…