LUIS VELÁZQUEZ
•El camino azaroso •De Maryjose Gamboa •Llevará 18 meses más
I
De acuerdo con la ley, el camino de la reportera Maryjose Gamboa todavía es largo, incierto, azaroso, lleno de espinas.
Por lo siguiente:
Uno. El juez ha dictado auto de formal prisión y por delante sólo queda enfrentar el proceso penal.
Dos. En el proceso penal cada parte, la acusadora y la acusada, deben agotar las pruebas para llegar a conclusiones.
Tres. El Agente del Ministerio Público presentará, por tanto, sus pruebas, de igual manera como la defensa, y en tal capítulo se llevarán un tiempo.
Cuatro. Para entonces, el juez estará en condiciones de dictar la sentencia de la primera instancia.
Cinco. Pero como la sentencia de primera instancia es apelable, entonces, ambas partes pueden apelar.
Si, por ejemplo, el juez dictamina a favor de la reportera, entonces, la parte adversa podrá apelar.
Y viceversa.
Seis. En tales circunstancias, el asunto pasará a una segunda instancia para revisar el proceso penal, y en donde intervendrán los magistrados del Tribunal Superior de Justicia.
Siete. Así, cuando sea dictaminada la segunda instancia, de nuevo las partes podrán impugnar a través del juicio de amparo.
Ocho. Pero tal juicio de amparo será resuelto por los magistrados federales.
II
Nueve. Y, por tanto, la sentencia federal será la verdad legal.
Cosa juzgada le llaman. Caso cerrado exclamaría la doctora Pola de Telemundo.
Diez. Y por tanto, la sentencia federal significará el número de años que le impongan y/o en todo caso, la libertad.
Once. Pero en caso de una condena, entonces puede acortarse, siempre y cuando, por ejemplo, tenga un comportamiento ejemplar en la cárcel.
Doce. Hoy está en el penal de Tuxpan; pero, oh paradoja, si de pronto, digamos, Maryjose es amenazada de muerte, incluso de manera real o ficticia, es decir, una triquiñuela penitenciaria y/o en todo caso participara en un pleito entre compañeros de la prisión y/o en todo una riña provocada, inducida, entonces, podrá ser cambiada de reclusorio.
Y, bueno, sin que el caso tenga relación, de igual manera ocurrió con el líder del Movimiento de los 400 Pueblos, César del Ángel, en el Chirinato yunista.
Primero, fue detenido y enviado a la cárcel de Jalacingo.
Después, trasladado a la fortaleza de Perote.
Y por último, al penal de Pacho Viejo.
Pero, además, mientras fue sentenciado a cumplir la condena durante los años de Patricio Chirinos como gobernador, las versiones son que el secretario General de Gobierno, Miguel Ángel Yunes Linares, operó con todo para que permaneciera preso seis meses más.
Incluso, habría de recordar que cuando expidieran la orden de aprehensión en contra de César del Ángel, ante la imposibilidad oficial de detenerlo, encarcelaron a su esposa para así obligarlo a entregarse, como fue.
Y por eso mismo la llamada Comisión de la Verdad mantiene abierto el juicio político a Patricio Chirinos y Yunes Linares, solicitado ahora al gobierno de Veracruz.
III
La reportera cumple hoy 84 días privada de su libertad.
Y, bueno, el proceso penal se va cumpliendo en tiempo y forma.
Por eso mismo, y ante otros casos semejantes en que el culpable del homicidio ha sido dejado en libertad, sólo resta apelar a que el gobernador se tiente el corazón y en nombre de la magnanimidad, en nombre del buen gobierno, en nombre de la misericordia, la absuelva.
Si de acuerdo con la ley la colega reportera ya cumplió con la, digamos, indemnización a la madre de su víctima, y aun cuando toda vida humana es invaluable, sólo queda convocar la solidaridad del jefe del Poder Ejecutivo, el jefe máximo, con la compañera.
De lo contrario, observa el jurista que ha descrito los puntos anteriores del proceso penal, significaría que la reportera alcanzaría, quizá, acaso, la libertad, hacia dentro de un año y medio, es decir, 18 meses.
Y en un descuido hasta en el año 2017 con el nuevo gobernador. Quizá en el mes de diciembre de 2016, cuando Javier Duarte haya cumplido con su periodo constitucional.
IV
José María Morelos y Pavón logró la captura de 300 prisioneros realistas en una batalla.
Entonces, ordenó fusilar a todos.
Pero el general Nicolás Bravo, su segundo de abordo, un joven con formación militar, le dijo que los perdonara.
Morelos insistió y también Bravo.
Al final del diálogo, Morelos otorgó el perdón y Nicolás Bravo anunció a todos su libertad inmediata.
La respuesta fue categórica: los 300 soldados realistas se unieron a los insurgentes y Morelos triunfó con la causa de la Independencia, iniciada por Miguel Hidalgo, quien había sido su maestro en el Colegio Nicolaíta.