Escenarios

0
304

LUIS VELÁZQUEZ

•Auditoría abierta
•Barredora en Veracruz
•Irregularidades millonarias

I
Sabedlo, príncipes y vasallos, aunque un funcionario público señalado de irregularidades en los fondos federales por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) esté sepultado a dos, tres, cuatro metros bajo tierra, y/o cremado y sus cenizas tiradas al Golfo de México, de cualquier forma, la investigación sigue.
Y lo peor: tarde o temprano hay castigo.
Por eso, el par de investigaciones de la ASF sobre los recursos ultra contra súper millonarios destinados al gobierno de Veracruz para los ramos de salud y educativo especificando posibles desviaciones está abierta.
En ningún momento ha sido cerrada, aclarada, negociada ni marcha atrás.
Algún día habrá un dictamen apegado a la ley de Responsabilidades de los Funcionarios Públicos del gobierno federal.
En contra de quien sea.
Ahora sí, como dicen los clásicos, caiga quien caiga, porque con todo y que haya protegidos, defraudaron la confianza y se fueron al monte.
Habría de recordar que tan sólo en el caso de la Secretaría de Educación, donde Adolfo Motita es el titular, la ASF habla de más de 6 mil millones de pesos.
Y aun cuando el jefe máximo dijera en una rueda de prensa del día lunes que el asunto estaba superado… el asunto está vigente.
Y cualquier día podrán darse sorpresas como suele decir el procurador de Justicia sobre la denuncia penal interpuesta por la Secretaría de Infraestructura en el caso del Túnel Sumergido…

II
La mecánica de la Auditoría Superior de la Federación opera de la siguiente manera:
1.- Su tarea aplica de norte a sur y de este a oeste del país en las 32 entidades federativas.
Y, por tanto, es mucha, demasiada chamba.
2.- Pero poco a poco, pian pianito, el equipo multidisciplinario de la ASF va revisando cada caso, cada estado del país, cada secretaría federal, cada dependencia paraestatal, cada gubernatura… hasta que, ni hablar, un día, de pronto, la lumbre llega…
3.- Y cuando llega, la ASF es impecable e implacable, y de acuerdo con el tamal: uno, los funcionarios bajo sospecha devuelven la lana, y dos: según el volumen, el daño patrimonial, el peculado, etcétera, pueden terminar en la cárcel.
Cuatro. Claro, se han dado negociaciones y así un asunto es subsanado.
Pero en el caso de Veracruz, tanto la Secretaría de Salud como la de Educación están en la mira.
Siguen en el ojo del huracán.

III
En el primer año del duartismo, por ejemplo, fue anunciado con fuegos artificiales mediáticos que unos cien ex alcaldes y ex tesoreros y ex directores de Obra Pública se habían ido al monte con mil millones de pesos.
Entonces, desde el poder político armaron un reality-show, de tal forma que cuando se dieron cuenta la mayoría se había fugado hasta Estados Unidos, y solo detuvieron a unos 20, puros charalitos.
Luego, el asunto fue olvidado, archivado, engavetado, porque nuevos asuntos estaban en la agenda pública.
Fue el mismo caso de las constructoras que habían recibido mil millones de pesos de anticipo para infraestructura y como dejaron inconclusa la obra, es más, ni siquiera la iniciaron, porque sin duda pagaron el diezmo y/o el doble diezmo, fue anunciado en red televisa nacional que aplicarían la ley sin miramientos.
Y pasado un ratito, zas, la impunidad con los alcaldes se reprodujo con las empresas constructoras.
Por una sola razón: alguna mano poderosa, color negra, mecía la cuna.
Pero, oh paradoja, en ambos casos se trataba de recursos estatales.
Ahora, no obstante, con las irregularidades en la SS y en la SEV se trata de fondos federales.
Es decir, dinerito captado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y ramificado a los gobernadores.
Y, por tanto, está vigente, así se haya tratado de expedición de fondos con el panista Felipe Calderón Hinojosa, pues en todo caso es dinero del contribuyente, en ningún caso propiedad de un presidente de la república.

IV
Sabedlo, príncipes y vasallos, la auditoría federal camina y si en verdad con el presidente Enrique Peña Nieto hay rendición de cuentas, ya se verá lo que ocurra en Veracruz.
Tengamos fe y vayamos todos jubilosos al altar de Dios…