El periodista y documentalista mexicano Témoris Grecko comparte con Aristegui Noticias, desde Beirut, Líbano, los estragos de la guerra sobre la población libanesa, tras el inicio de la ofensiva militar israelí contra el partido-milicia Hezbolá el pasado 1 de octubre.
En el escenario del conflicto, Grecko, junto otro periodista mexicano, Manuel Ortiz, registra el terror de una población asediada por tierra y aire a casi un mes de la nueva invasión de Israel a Líbano, la tercera luego de las previas ocurridas en 1978 y 1982.
“Es una agresión, una invasión, que está haciendo el Estado de Israel con un descaro tremendo. No es solamente la violación del territorio de Líbano, porque hay partes que están en invadidas por tropas israelíes, sino también por el tema de los drones”, narra Grecko vía telefónica desde Beirut.
“Todo el tiempo tienen un dron encima de la capital de Líbano, un dron israelí, que lo que está transmitiendo, lo tienen volando muy bajo, con mucho ruido, cuando tienen drones silenciosos y este mismo dron podría estar más alto, pero la idea es transmitirle a la población de Líbano la idea de que es como si fuera el ‘ojo de Dios’ que está vigilando a la población todo el tiempo, tratando de intimidarla, para que no haga actos de resistencia contra las tropas que están invadiendo su país“.
Estos drones lo que hacen es establecer puntos, coordenadas, en los cuales los misiles israelíes pueden caer. Están atacando partes de la ciudad que son, sobretodo, de población chií, población de la secta musulmana chií vinculada o que intenta ser representada por Hezbolá, que es esta milicia-partido que es la que se está enfrentando con Israel.
“La amenaza que ha hecho (Benjamin) Netanyahu, una amenaza verbal específica, clara, es la de que si los otros sectores, las otras comunidades de Líbano que son cristianos, son suníes, drusos, apoyan a los chiíes entonces la guerra también es contra ellos, por eso hay mucha gente con miedo”.
El invierno acecha
Grecko registra que en un país tan pequeño, del tamaño de Querétaro, con alrededor de seis millones de personas, una cuarta parte de la población, de mayoría chií, ha tenido que dejar sus hogares al tiempo que el resto de la sociedad, no musulmana o cristianos, tiene miedo de ayudar por temor a ser consideraos enemigos de Israel y se conviertan también en un blanco, todo cuando el invierno está a la vuelta de la esquina.
“Es muy fuerte (la realidad) porque también se está acercando el invierno, la temperatura todavía no es muy fría, pero ya tanta gente desplazada y sin hogar que van a pasar un invierno a la intemperie. Son inviernos más fríos que los que tenemos en el centro de México, no es Noruega, pero sí es bastante frío”.
Esta misma zona es la que tienen Gaza que está a unos 200 kilómetros al sur y ahí es donde, también, el genocidio está en marcha. Hay 2 millones 200 mil personas que viven en Gaza y la mayor parte de ellas tampoco tienen un hogar, han sido destruidos sus hogares y están entrando a un nuevo invierno, porque ellos ya pasaron uno, a la intemperie.
“Esto es algo que está conmocionado a la sociedad aquí (Líbano) que no sabe qué hacer, qué tiene miedo de ayudar a la gente que ya no tiene casa, pero que al mismo tiempo quisiera hacer algo”.
‘No están muy acostumbrados a ver mexicanos’
Burocracia, desconfianza y temor. Grecko y Ortiz realizan su labor informativa en un escenario caótico donde nada se obtiene con facilidad y cualquiera está bajo sospecha.
Como es un país bajo ataque hay muchísima burocracia que se explica porque están tratando de evitar que el espionaje israelí, que ya ha dado golpes muy fuertes y no solamente contra sus enemigos directos, sino en general contra la sociedad a través, por ejemplo ,de la explosión de miles de beepers.
“Estas operaciones de inteligencia son hechas por personas que se infiltran al país, entonces hemos tenido que estar yendo al Ministerio de Información para obtener permisos, pero también hablar con la inteligencia militar, con las milicias, con los grupos que controlan ciertas áreas, por ejemplo Hezbolá, tenemos que pedirles permiso para que nos dejen entrar”.
Ellos nos ven y no saben si efectivamente somos mexicanos, no están muy acostumbrados a ver mexicanos por acá, entonces les llama la atención y quieren saber si no somos otra cosa y nos estamos disfrazando de mexicanos.
Historias de resiliencia
En medio de toda la destrucción, Grecko y Ortiz se han propuesto dar visibilidad a las personas que se aferran a la vida y a su tierra.
“Tenemos la intención de trabajar sobre temas de resiliencia. No queremos el espectáculo de las bombas y la muerte que es lo que todo el tiempo está transmitiendo los medios de comunicación porque es lo más espectacular y lo que pensamos es que eso desmoviliza porque cuando se reduce a eso parece que no hay solución, todo es bombas y ya está”.
Lo que queremos es ver a la gente que está tratando resistir, los campesinos, por ejemplo, que siguen yendo a atender sus huertos, sus olivares, sus huertos de cítricos a pesar que están tirando, por ejemplo, fósforo blanco, un químico, una arma química que se arroja sobre la gente que quema espantosamente a las personas, pero además queda sobre el terreno y lo que hace es infertilizarlo, hacer que esas tierras ya no se puedan cultivar.
Dijo que hay uso de fósforo blanco como arma contra la gente, pero también de agresión contra la tierra y la posibilidad de producir alimentos que cubran las necesidades de la población, dando lugar a los desplazamientos masivos y al desarraigo.
Hay un gran amor y tradición alrededor de los olivos y lo que ha hecho Israel aquí en Líbano, como con los palestinos, es destruir sus olivares que es una forma de acabar con la cultura y de desarraigar a la gente. La idea de que ya no puedan tener sus olivos es que se desconecten de sus tierras y terminen yéndose y dejándole sus tierras.
“Nos interesa ver a las personas que no permiten la expulsión, esta forma de expulsarlas, y tratan de defender su conexión con la tierra a través del cuidado de los olivares”, concluyó.
Las víctimas inocentes: niñas y niños
En Líbano, como en la Franja de Gaza, entre la población más vulnerable, mujeres y niños,se incrementa dramáticamente el número de bajas, consecuencia de una guerra que no tiene para cuándo terminar.
Este ataque que hicieron, haciendo explotar (beepers), que están muy orgullosos de él porque fue una gran maniobra de espías, son ataques indiscriminados contra la población civil porque no puedes saber quién está en posesión del aparato de radiocomunicación y, en muchos casos, fueron familias, fueron niños que tenían cerca estos aparatos que de pronto estallaron y los que sufrieron graves heridas fueron niños.
“Estas bombas para asesinar a Hasan Nasralá, líder por muchas décadas de Hezbolá, lo sorprendieron cuando estaba en una zona densamente poblada de Beirut, para matarlo arrojaron 80 bombas de 900 kilos, según las cifras que dio el ejército de Israel, 80 bombas de 900 kilos sobre zonas pobladas, sobre edificios, entonces con él murieron de 300 personas, la cifra no es exacta porque hay muchos desaparecidos, muchos cuerpos evaporados y estos son también cuerpos de niños, cuerpos de mujeres, cuerpos de gente que no tiene absolutamente nada que ver con esta violencia”.
Esto está pasando aquí y es muy grave, 200 niños y niñas que han muerto en los últimos meses, pero en el caso de Gaza donde las cifras de personas muertas conocidas, identificadas, porque hay muchas más que quedan debajo de las ruinas o son evaporadas por las bombas, son más de 42 mil personas que han muerto y de ellos un 40% son niñas y niños, van más de 16 mil niñas y niños que han muerto en esta ofensiva militar israelí.
Niñas y niños que, en caso de sobrevivir, sufrirán las secuelas de la guerra porque en el cuerpo llevarán las marcas de un conflicto ancestral.
Y esto por no hablar de las niñas y niños que quedan heridos, que están perdiendo parte de sus cuerpos, que están quedando ciegos, que están quedando con el rostro destrozado (…) y que, además, quedan abandonados porque son huérfanos de padre y madre o han perdidos a sus familias completas, eso es una cosa que Médicos Sin Fronteras ha identificado el caso de miles de niños que ya están solos para siempre que no va a tener a un adulto que los acompañe.
“Esas son las consecuencias de esta guerra que las potencias que dicen defender los derechos humanos, que dicen defender la libertad y la democracia pues son cómplices de esto. Estados Unidos es el primero que financia armas y le da protección política y diplomática a esta guerra que está llevando a cabo el Estado de Israel”.