Enrique y Eustolio, organilleros del puerto de Veracruz

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Veracruz, Ver.- El sonido de los organillos en México se remonta a inicios del siglo XX. Los primeros instrumentos llegaron al país procedentes de Europa durante el mandato de Porfirio Díaz.

Este cilindro fue elaborado en Alemania en 1810 y después de cruzar el océano en barco y pasar por varios organilleros, hace 15 años llegó a manos de don Enrique Mendoza Castillo, originario de Huatusco y quien junto a Eustolio Colorano lo hace sonar al compás de la manivela.

“Pues más o menos es de 1810, llegaron en barco al puerto de Veracruz hacia México y de ahí los distribuyeron a distintas partes, es alemán, hace casi 200 años, 180 años más o menos. Para esto viene un señor de Chile que los compone”, dijo Enrique.

Enrique y Eustolio conservan esta reliquia que hace posible sonar hasta ocho canciones.

Funciona a través de un sofisticado mecanismo que cuenta con un rollo de madera, puntas de acero y teclas que suben y bajan.

En el interior lleva un acordeón de piel que se encarga de expulsar el aire.

“Pues aquí estamos trabajando, luchando por seguir con la tradición muy antigua que es de hace muchos años, es el organillo o cilindro, este instrumento tiene dueño, nosotros lo rentamos nada más para trabajar”, comentó Enrique.

Eustolio, el más joven de los dos organilleros, dijo que este tipo de instrumentos dejaron de construirse y los que aún existen necesitan de un mantenimiento sofisticado que solo los especialistas le pueden dar.

“Aquí tiene una tecla que le vamos dando vuelta y va pegando, que es lo que hace que se haga el sonido, es como un acordeón que va aplastando los silbatos y así va sonando”, comentó Eustolio.

Estos hombres se encargan de mantener vigente un oficio en extinción, además del centro histórico de Veracruz también pueden ser vistos en el crucero de Los Voladores de Papantla en Boca del Río.

 

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