En Veracruz, unos Juegos prendidos con alfileres

0
424

Tomado de Proceso/ Noé Zavaleta

 

A dos meses y medio de que comiencen los Juegos Centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014 (JCC), el gobierno del priista Javier Duarte enfrenta grandes problemas para organizar con decoro la justa deportiva: atrasos en la construcción de los inmuebles donde competirán casi 7 mil deportistas de 31 países, la cancelación del proyecto de las villas olímpicas en Xalapa y Veracruz, la falta de liquidez para difundir los juegos y la nula apertura a la ciudadanía.

A esto se suma la exigencia del Instituto Tecnológico de Xalapa (ITX) para que la administración estatal le construya tres inmuebles en compensación por haber donado 10 hectáreas a la constructora Carpín. La empresa erigió ahí más de 700 viviendas, pero el proyecto final se abortó.

Pese al cúmulo de problemas, Duarte; el titular de la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP), Gerardo Buganza; el presidente del Comité Organizador de los JCC, Carlos Sosa, y el secretario de Turismo, Harry Grappa, insisten en repetir un discurso que puede resumirse en tres frases: “Serán los mejores Juegos Centroamericanos de la historia”, “las obras van en tiempo y forma” y “la derrama económica será millonaria”.

Como sea, las autoridades no cumplirán con lo que ordena la Organización Deportiva Centroamericana y del Caribe (Odecabe). Esta asociación manda que cada anfitrión tenga listas las instalaciones 60 días antes del arranque de la justa. En contraparte, Buganza presume que la edificación de las obras va en 80% y que las instalaciones terminarán de entregarse la tercera semana de octubre, es decir, 21 días antes del inicio de la competencia.

Durante el lanzamiento de la campaña “A 100 días del inicio de los JCC”, el gobierno de Duarte decidió cancelar el proyecto de Villas Olímpicas, levantado por Casas Carpín y constructora Ara en las 10 hectáreas que donó el ITX. Ahí se hospedarían más de 5 mil atletas participantes. Ahora tendrán que hacerlo en hoteles de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río “para reactivar la economía”.

La asociación de Hoteles y Moteles de Xalapa, en voz de su líder, Fernando Quirarte, le advirtió al gobierno que para hospedar a 2 mil 500 atletas en esta subsede, más federativos, invitados especiales, turistas y familiares de los deportistas, también se pondrían a disposición los moteles. “Hay algunos que son más cómodos que los hoteles”, justificó.

El cronista de la ciudad, José Zayden, se sumó a la polémica. Declaró al periódico Crónica de Xalapa que 50% de los hoteles en la capital del estado “eran unas pocilgas” y que no eran aptos para un compromiso de tal envergadura.

Tanto el presidente del Comité de los JCC, Carlos Sosa, como el gobernador Duarte trataron de atajar las críticas. Sosa expuso que en Xalapa se ocuparían 26 hoteles y 31 en Veracruz, y detalló que en la capital 3 mil habitaciones estarán ocupadas durante todo el torneo, bien por turistas o por el comité organizador.

“Por su parte Duarte consideró que en polémicas como las que atraviesa la entidad siempre habrá intereses políticos, económicos y de “toda naturaleza”. Arguyó que no quiso cometer el error de los Panamericanos de Guadalajara 2011, cuando se destinó una “inversión multimillonaria” para edificar las villas, que hoy están inservibles y en el abandono: “Nosotros no tendremos ningún elefante blanco”.