Uno de los grandes logros de esta celebración ha sido poner sobre la mesa la importancia de la salud mental masculina, un tema que durante décadas se mantuvo bajo un fuerte estigma
El Día Internacional del Hombre, celebrado el 19 de noviembre, busca concienciar sobre la salud física y mental masculina, promover modelos positivos y combatir estereotipos tóxicos. Con el lema «Hombres sanos, familias sanas, sociedades sanas», la fecha resalta problemas como las altas tasas de suicidio, menor expectativa de vida y desequilibrios domésticos. Hoy, cada vez más hombres reflexionan sobre su papel en la sociedad y adoptan prácticas que fomentan la empatía y el bienestar. Esta conmemoración no sólo impulsa el crecimiento personal, sino que también contribuye a la equidad de género y relaciones más saludables.
Hoy, 19 de noviembre, se conmemora el Día Internacional del Hombre, una fecha que busca crear conciencia sobre los retos y aportaciones de los hombres en la sociedad contemporánea. Esta celebración, que tiene sus orígenes en 1999 en Trinidad y Tobago, se ha convertido en un llamado global para reflexionar sobre el bienestar físico y mental de los hombres, la promoción de modelos masculinos positivos y la igualdad de género.
En este lustro, ser hombre implica enfrentar una realidad llena de expectativas cambiantes y desafíos personales.
Desde el equilibrio entre la vida laboral y la personal hasta el reconocimiento de la propia vulnerabilidad emocional, los hombres del siglo XXI se encuentran en una encrucijada. ¿Somos el hombre que queremos ser? Esta pregunta resuena en un contexto donde se nos invita a replantearnos nuestras prioridades y a romper con los estereotipos que durante generaciones han definido lo que significa ser hombre.
El Día Internacional del Hombre se plantea como una oportunidad para abordar problemas que afectan de manera desproporcionada a los hombres, como las altas tasas de suicidio, los riesgos en la salud cardiovascular y la expectativa de vida menor en comparación con las mujeres. Además, la celebración también busca desafiar los estereotipos tóxicos asociados con la masculinidad que aún predominan en muchas culturas, y fomentar un espacio de apertura y apoyo mutuo.
Uno de los grandes logros de esta celebración ha sido poner sobre la mesa la importancia de la salud mental masculina, un tema que durante décadas se mantuvo bajo un fuerte estigma. Hoy, cada vez más hombres buscan ayuda profesional y se permiten hablar abiertamente sobre sus emociones, algo que hace unos años era prácticamente impensable. Sin embargo, aún quedan muchos desafíos por superar: la resistencia a reconocer la vulnerabilidad sigue presente, y el miedo a ser juzgados por mostrar fragilidad emocional es un obstáculo constante.
En la vida cotidiana, los hombres enfrentan el reto de equilibrar sus responsabilidades familiares, laborales y personales. Cada vez es más común ver a hombres involucrarse activamente en la crianza de sus hijos y compartir las tareas del hogar, cuestionando los modelos patriarcales que los relegaban a ser meramente proveedores económicos. Estos cambios representan un avance significativo hacia la construcción de sociedades más justas e igualitarias, donde el papel del hombre no esté limitado por estereotipos anticuados.
La pregunta persiste: ¿somos el hombre que queremos ser?
La respuesta depende en gran medida de la capacidad de cada uno de nosotros para redefinirnos y adaptarnos a las necesidades de este tiempo. En esta década, la construcción de una masculinidad saludable y positiva implica deshacerse de las barreras impuestas por el miedo y el orgullo, y abrazar el crecimiento personal y la empatía. Ser el hombre que queremos ser también significa apoyar a otros hombres, reconocer nuestras fallas y trabajar juntos para superar los desafíos comunes.
A pesar de los logros, la celebración de este día aún enfrenta críticas y desafíos. Para muchos, el Día Internacional del Hombre resulta irrelevante en comparación con otras fechas conmemorativas enfocadas en la igualdad de género. Sin embargo, los defensores de la fecha insisten en que para alcanzar una verdadera equidad es fundamental reconocer las problemáticas que afectan a todos los géneros, incluyendo a los hombres.
El Día Internacional del Hombre es una oportunidad para mirar hacia el futuro y reflexionar sobre el rol de los hombres en una sociedad que está cambiando rápidamente. La construcción de una masculinidad saludable y positiva no sólo tiene un impacto en el bienestar individual de los hombres, sino que también contribuye al desarrollo de relaciones más empáticas, a la reducción de la violencia y a la promoción de la igualdad.
Hoy, más que nunca, debemos cuestionarnos: ¿somos el hombre que queremos ser? La respuesta no es sencilla, pero el simple hecho de plantearnos la pregunta ya es un paso adelante hacia un cambio necesario y significativo.
*EXCELSIOR