El historiador Yuval Noah Harari denuncia el “potencial totalitario” de la IA

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El historiador, filósofo y escritor israelí Yuval Noah Harari advertió del “potencial totalitario” de la inteligencia artificial y puso el ejemplo de su país, Israel, “que está construyendo un régimen de vigilancia total” en los territorios ocupados.

“Hay un potencial totalitario en la IA como nada que hayamos visto antes”, ha señalado en rueda de prensa desde Washington con motivo de la publicación de su nuevo ensayo, Nexus (Debate), que analiza el papel de las redes de información desde la Edad de Piedra hasta la aparición de la IA.

Harari se ha convertido en un influyente intelectual y divulgador a raíz del éxito de Sapiens. De animales a dioses: breve historia de la humanidad, que vendió más de 21 millones de ejemplares en 65 idiomas y al que siguieron otros fenómenos editoriales como Homo Deus. Breve historia del mañana 21 lecciones para el siglo XXI.

Según el autor, la “inmensa capacidad” de la IA para recoger y analizar información hará posible “el régimen de vigilancia completa que anule la privacidad”, algo que no lograron Hitler o Stalin y que ahora están empezando a aplicar países como Israel en los territorios ocupados o Irán, con cámaras de reconocimiento facial que vigilan y castigan la ausencia del velo en las mujeres.

 

Propagación de mentiras

Teniendo en cuenta que la revolución de la IA está en sus pasos iniciales, Harari ha enfatizado la necesidad de hacerse preguntas.

“Tiene un enorme potencial positivo, si hablo poco de ello es porque hay grandes corporaciones extremadamente ricas y poderosas que ya nos inundan con los mensajes positivos e ignoran los peligros”, dijo.

Para Hariri la diferencia esencial entre democracia y un régimen totalitario es “la conversación”, que actualmente ve en grave peligro por la crisis del periodismo y la propagación de “mentiras y teorías conspirativas” en las redes sociales.

Por ello, ve crucial generar “un debate sobre la responsabilidad de los gigantes mediáticos” como Facebook, Twitter, Instagram o TikTok. “Las corporaciones deben tener una responsabilidad por lo que deciden sus algoritmos del mismo modo que el editor del New York Times es responsable de su portada”, señaló.

Extremismos promueven desconfianza

El autor subrayó la diferencia entre la responsabilidad individual por una publicación y la de los algoritmos. “La gente tiene derecho a la estupidez, a contar mentiras, salvo casos extremos que define la ley, forma parte de la libertad de expresión”, ha señalado.

“El problema no son los humanos sino los algoritmos de corporaciones cuyo modelo de negocio se basa en el ‘engagement’, que significa que su prioridad es que la gente pase el mayor tiempo posible en sus plataformas, para vender anuncios y reunir datos que puedan vender a terceros”.

En ese sentido, ha alertado de que “la manera más fácil de capturar la atención es apretar el botón del odio o el botón del miedo y expandir de forma deliberada las teorías conspirativas”, en referencia a la promoción en redes sociales de determinados contenidos para que sean vistos de forma prioritaria.

También ha recordado que “la extrema derecha y la extrema izquierda” tienen en común su interés en generar desconfianza hacia las instituciones que “garantizan” la verdad, sean los medios de comunicación, la ciencia o las universidades.

“Comparten la visión cínica de que la única realidad es el poder”, ha señalado, “la democracia se basa en la confianza (…) si destruyes la confianza en las instituciones estás pavimentando el camino para las dictaduras”.

Desde 2019 Harari lidera, junto a Itzik Yahav, la fundación Sapienship, cuya misión es alentar la conversación global sobre los desafíos que consideran más importantes, ha dado conferencias en foros como Davos y se ha reunido con líderes como Angela Merkel o Mark Zuckerberg.

* Con información de EFE.