

Con piedras y ladrillos los delincuentes rompen los cristales de los automóviles para robar lo que encuentren en el interior de los carros que están estacionados en la colonia El Mirador.
Eran las cinco de la mañana cuando tocaron el timbre de su casa para avisarle que el carro gris que estaba afuera de su puerta había recibido un cristalazo, rápidamente Francisco Bravo salió de su hogar para revisar lo que le había pasado a su automóvil. Los ladrones le robaron un cable auxiliar para música, regaron todos sus papeles en la calle y no le robaron ni sus lentes de sol ni la mochila que tenía en el asiento trasero.
Este tipo de robo no es el primero y de lo que va del actual sexenio, en la colonia El Mirador se han suscitado cristalazos en automóviles y robos en las casas.
En menos de tres años, varios vecinos de la colonia han sufrido altercados por parte de los delincuentes. Tan solo en la calle Jorge Serdán 2 han entrado a robar a las viviendas, y con piedras o ladrillos rompen los cristales de los automóviles para sacar cualquier cosa, desde un cable auxiliar para música –que tiene un costo de 12 pesos– hasta ropa.
La falta de vigilancia por parte de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública es evidente, ya que si hubieran realizado este tipo de atracos no sucederían. Ahora el automóvil Seat quedo sin el cristal de la puerta del copiloto y rápidamente el dueño agilizó los trámites para reponerlo.
El afectado comentó que desde que están arreglando una calle, a unos cuantos metros de su casa, la policía estatal transita muy poco por la colonia, a pesar de estar cerca de la Aldea Meced, en donde el DIF municipal realiza algunas actividades.
Además, cerca de la aldea hay un terreno baldío y éste causa cierto temor a los vecinos porque especulan que por ahí pasen los maleantes al momento de realizar un acto vandálico o delictivo.
Francisco Bravo finalmente hizo un llamado a las autoridades para que vuelvan a hacer rondines por la colonia con el fin de evitar más desgracias en El Mirador, porque como policías es su deber salvaguardar a los habitantes de la colonia.