Pese a que la pandemia generó una disminución del flujo de migrantes por la entidad veracruzana; aún muchos se arriesgan a seguir con su sueño americano.
Se trata de personas provenientes de los países de Centroamérica como Guatemala, Honduras, El Salvador, entre otros, quienes en caravana llegan a México con un paso obligatorio en el Estado de Veracruz.
Daniel López, es proveniente de Honduras, desde hace seis meses vive debajo del puente Cuauhtémoc en el Puerto de Veracruz, pues no ha logrado avanzar; junto con sus demás compañeros, piden dinero en los cruceros para poder sobrevivir y juntar unos pesos para seguir su camino.
Como muchas historias iguales, Daniel sale de su país con el único sueño de llegar a los Estados Unidos de Norte América, encontrar un trabajo y poder enviar a su país por su familia para tener una mejor calidad de vida.
Con una mirada triste, desilusionada y perdida, apenas con 30 años de edad, cuenta que tiene tres hijos, que en su país es un infierno, pues viven en la pobreza extrema y la inseguridad los persigue.
Pero él no viene solo, pues forma parte de un grupo donde se encuentra Martha, una joven hondureña de apenas 19 años, cuyo vientre dará a luz en unos meses, motivo por el cual decidió enfrentar el reto más grande de su vida, “buscar el sueño americano”. La meta es clara y es buscar mejores oportunidades para el ser que viene en camino.
Su mirada lo dice todo, pese al cansancio y el hambre, dice que la esperanza muere a lo último.
Es una mujer que solo sabe leer y escribir, sin oficio alguno y asegura que no le importa pues a ella lo que le pongan hacer lo aprende.
Al tratar de entrevistarla, poco pudo hablar, no hubo respuestas a todas las preguntas, pues lo único que decía es que su bebé debe tener una mejor vida que ella, y no se dará por vencida.
“Yo vengo por el sueño americano, mi bebé es el que me motivó para salir de mi país, allá todo es muy feo, la violencia, la pobreza, vengo como todos ellos con el sueño de llegar a los Estados Unidos para que mi hijo pueda tener mejor vida, pero nos hemos quedado aquí para juntar dinero y llegar a la frontera”, platica y apenas se le logra entender.
Mientras David, al momento solo se rasca la cabeza y suda por las altas temperaturas del puerto jarocho, al tiempo que exclama, ¡Ay mi Dios Padre, ayúdanos!
Para él, el amor a su familia es lo más importante y no se dará por vencido; cuenta que su hijo más pequeño nació con una enfermedad rara, de la cual no ha podido ser atendido derivado a la falta de recursos económicos.
“Mi niño, el más chiquito, no he podido atenderlo porque no hay dinero, nació con una enfermedad de esas que no sabemos qué es, y por eso decidí ir a los Estados Unidos, para trabajar y curarlo”.
Como todos, temeroso de hablar, pero con ese entusiasmo, con ese deseo, con esa ilusión de llegar a su destino.
Son alrededor de 10 migrantes que desde hace meses permanecen viviendo en la calle, comiendo cualquier cosa, a veces ni siquiera prueban bocado, pero todos comparten el mismo fin, el mismo sueño.
No quieren fotos por temor, no quieren ser grabados, mucho menos abundar en sus historias; sin embargo aseguran que llegarán a cumplir su sueño americano, cueste lo que les cueste.
Pese a pandemia migrantes siguen en busca de su sueño americano
En el mes de enero de 2021 en México se detuvieron a 12 mil 890 migrantes, casi 5 mil más que los 8 mil 204 que el año anterior.
De acuerdo a datos del Instituto Nacional de Migración (INM) en 2019 entregó más de 15 mil tarjetas de residente por motivos humanitarios en menos de diez días, un año después más de dos mil centroamericanos fueron detenidos, encerrados y deportados tras sus llegadas a las fronteras de Chiapas y Tabasco.
En febrero, la tendencia ya fue a la baja y fueron detenidas 7 mil 947 personas, casi dos mil menos que las 10 mil 035 que el INM arrestó en 2019.
Constantemente, autoridades estatales reportan rescate de migrantes, quienes pese a la contingencia y al riesgo que corren, deciden salir de sus naciones en busca de una mejor vida.
