“Dedazo” al Carnaval
Varios aspirantes a la Corte Real del Carnaval de Veracruz 2026 expresaron su molestia pues aseguran ya existe «dedazo» para elegir a los próximos soberanos. Se presume que la joven Fernanda Pumar, quien participó en la edición 2025 de Miss Universo México sería la elegida para ser la reina del Carnaval que organizará por primera ocasión un gobierno de Morena.
Hasta ahí todo bien, pues la modelo y actriz tiene el palmarés necesario para ejercer el trono; el problema viene con los candidatos a Reyes de la Alegría. Bernardino Jiménez, Jorge Torres y Mario Ucha, se inscribieron bajo los distintivos dorado, amarillo y blanco, respectivamente; este último acusan en redes sociales es muy allegado al próximo director de Turismo, Daniel Lois, y presuntamente trabajó en el Ayuntamiento de Veracruz, por lo cual estarían moviendo sus influencias para obtener el triunfo.
Si bien en esta ocasión se buscará volver a las bases y que sea el voto popular (quien meta más dinero) quien dé la victoria, en redes sociales iniciaron las batallas y guerra sucia en contra de los aspirantes, pues aún siguen sin creer que exista transparencia en la fiesta más popular de Veracruz.
Politización de ayuda humanitaria
El reciente relato sobre una trabajadora de Protección Civil en Poza Rica destapa una de las más viles prácticas en tiempos de tragedia: la burda politización de la ayuda humanitaria. El incidente, donde Tanya Carola Viveros Cházaro intentó marcar con el logo de Morena los víveres donados por la ciudadanía, no es solo un acto de indecencia; es una ofensa a la solidaridad del pueblo.
La reacción de la trabajadora, al negarse a semejante atropello y ser supuestamente relegada por ello, debería ser un espejo para toda la administración estatal. Su valentía subraya una verdad ineludible: los recursos y donaciones en una emergencia pertenecen a las víctimas, no a la narrativa de un partido. El dolor y la necesidad no conocen colores.
Es lamentable que mientras trabajadores del Estado se sacrifican, durmiendo en albergues para limpiar el desastre, sus esfuerzos sean mancillados por la obsesión de aparecer en la foto. La emergencia es un momento para la unidad y el servicio desinteresado. Exigimos que las autoridades condenen de forma enérgica estas prácticas y garanticen que la ayuda llegue a quien la necesita, sin logos ni agendas políticas. La solidaridad del pueblo no merece ser secuestrada por la propaganda.
Negligencia UV
Y ya que hablamos de lo ocurrido tras las inundaciones, a quien le sigue lloviendo sobre mojado es al rector de la UV, Martín Gerardo Aguilar Sánchez. La tragedia en el norte de Veracruz ha puesto en evidencia no solo la furia de la naturaleza, sino también la lenta reacción institucional de la Universidad Veracruzana. La denuncia pública de los estudiantes, que acusan a las autoridades de «omisión y negligencia» ante la emergencia, es un grito de frustración legítima.
Es inaceptable que una institución del calibre de la UV muestre tal desinterés, al punto de que, según los jóvenes, la falta de protocolos oportunos haya contribuido a la pérdida de una vida estudiantil. El Pliego Petitorio General entregado a Rectoría no es un capricho, es un manual de urgencia que exige transparencia, apoyo académico real a los damnificados y la inmediata activación del Sistema Universitario de Gestión de Riesgo (SUGIR).
La respuesta de algunos funcionarios, que optaron por la arrogancia, la denigración y la burla, es un insulto a la solidaridad. Muestra una desconexión total entre la alta burocracia y la comunidad. Sin embargo, en medio del fracaso institucional, emerge un mensaje poderoso: «la UV somos los estudiantes». Fueron las propias facultades, por autogestión y sin el apoyo inicial de Rectoría, las que llevaron la ayuda.