La aplanadora
Después de la picada de ojos, sacada de lengua y de recordarse a sus madres, las comisiones se repartieron en el Congreso del Estado de Veracruz.
Las más peleadas fueron, obviamente, Vigilancia, Instructora, Puntos Constitucionales, Hacienda del Estado, Presupuesto, Seguridad, y Gobernación. Todas fueron para Morena y los demás se quedaron chiflando en la loma.
Pese a que panistas y priistas se quejaron del reparto, les aplicaron la aplanadora, ahora están pagando todas las que hicieron. Así es esto de la política, con la vara que midas serás medido.
De tierras azules a guindas
Los ayuntamientos de la zona conurbada tiemblan desde sus cimientos, pues es casi un hecho que ambas candidaturas para las alcaldías en Veracruz y Boca del Río, serán para mujeres. La ahora diputada local Bertha Ahued Malpica será abanderada de Morena para el municipio de Boca del Río, lo que les supondría una derrota al panismo.
El tema es que Bertha Ahued gozará de tres poderosas razones para derrotar al último bastión blanquiazul: el primero es que tiene padrinos de gran peso político en el Movimiento de Regeneración Nacional.
También tendrá a su favor el voto duro de la militancia morenista boqueña, que en la última elección creció casi un 40 por ciento y donde lapidaría la contienda, sería en las zonas «pudientes», pues Bertha Ahued es muy conocida y querida en el Jet Set jarocho, por lo que los vecinos de Costa de Oro, Virginia, Petrolera, Joyas de Mocambo, entre otros asentamientos «fifís», se decantarían por su amiga.
Precariedad lectora
Mal se vio la diputada local de Movimiento Ciudadano, María Elena Córdova Molina, al subir a tribuna durante la sesión para la distribución de las comisiones en el Congreso de Veracruz. Su causa fue buena, haciendo énfasis en que a pesar de que son más mujeres que hombres diputados, los varones son los coordinadores de todas las bancadas.
Sin embargo, cuando tomó el micrófono, los nervios la traicionaron, a tal grado de que ni siquiera podía pronunciar palabras fáciles, como “curules”. Incluso, pasó a leer su discurso y ni así pudo hacerlo bien.
Claramente se observó que, además del discurso, la lectura tampoco es su fuerte. A muchos diputados varones también les ha pasado lo mismo. Lo importante es reconocer que pueden mejorar y que, si van a representar al pueblo, un curso de oratoria noles caería mal.