La película Como agua para chocolate, basada en la exitosa novela de Laura Esquivel, no solo dejó un legado imborrable en la cinematografía mexicana, sino que también dejó una huella profunda en la vida personal de la escritora y el director Alfonso Arau.
En medio de su éxito rotundo, la historia de amor, sacrificio y realismo mágico que narraba la cinta se vio opacada por un conflicto legal que enfrentó a ambos, después de que su matrimonio llegara a su fin.
El origen del conflicto
Estrenada en 1992, Como agua para chocolate rápidamente se convirtió en un fenómeno tanto en taquilla como en crítica.
La película, que exploraba la opresión de una joven en la Revolución Mexicana, recabó más de 40 millones de dólares en ganancias y se consolidó como la cinta extranjera más taquillera en Estados Unidos.
Sin embargo, en 1993, tras su gran éxito, Laura Esquivel y Alfonso Arau se separaron, y su relación personal pasó a ser tan complicada como la trama de la película.
En medio de la separación, Esquivel firmó un contrato en inglés, un idioma que no dominaba, con la empresa Cinema Chocolate, creada para la producción de la película.
La escritora asegura que desconocía el contenido completo del contrato y que, aunque pensaba que estaba cediendo solo los derechos sobre el guion, en realidad el acuerdo le otorgaba a Arau la posesión total de los derechos de la novela, excluyendo solo los literarios.
Esquivel calificó el contrato como «ventajoso y leonino», pues la cláusula le otorgaba a Arau los derechos de la obra a perpetuidad, lo que consideró un abuso de su buena fe.
El fraude y la demanda
La disputa legal entre los ex esposos se intensificó cuando Esquivel decidió demandar a Arau por fraude, exigiendo una compensación de cinco millones de dólares.
La escritora argumentó que nunca había firmado un contrato que cediera los derechos de su obra a perpetuidad y lamentó que la situación hubiera escalado hasta los tribunales.
«Alfonso abusó de mi buena fe», declaró en una entrevista, explicando que intentó llegar a un acuerdo a través de su abogado, pero Arau se negó a devolverle los derechos de la novela.
Esquivel denunció también que los financiadores de la película, quienes habían acordado un porcentaje de las ganancias, no habían recibido los pagos correspondientes, y que Arau no había cumplido con las obligaciones financieras acordadas en el contrato.
La escritora expresó su frustración por no solo perder la relación, sino también por haber sido despojada de una obra que la catapultó al éxito mundial.
El impacto de Como agua para chocolate
La novela Como agua para chocolate, publicada en 1989, se convirtió en un fenómeno literario, siendo traducida a más de 10 idiomas y vendiendo millones de copias en Iberoamérica. La adaptación al cine, dirigida por Alfonso Arau, consolidó aún más su fama, llevando la historia a una audiencia global.
A pesar de la ruptura, tanto Esquivel como Arau siguieron con sus carreras. Esquivel continuó publicando novelas que también tuvieron éxito, mientras que Arau continuó su trayectoria como director, actor y productor. Sin embargo, el legado de Como agua para chocolate permanece ligado a la relación compleja entre estos dos artistas, cuyo conflicto sigue siendo una de las anécdotas más controversiales de la historia del cine mexicano.